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La mandataria recibió saludos del secretario de Estado del Vaticano y el presidente de Israel Shimon Peres. Poco antes, mantuvo una reunión con el chileno Sebastián Piñera, con quien analizó la construcción de un corredor bioceánico.
La avenida de los foros imperiales se convirtió ayer en una fiesta absoluta. Con el Coliseo de fondo y el palco mayor en el monumento a Vittorio Emanuele II en Piazza Venezia, un espectacular desfile cívico-militar que recordaba los uniformes usados por las distintas fuerzas a lo largo de los 150 años de existencia de la República y una multitud agitando las banderas tricolor, el gobierno y el pueblo de la península celebraron con alegría un nuevo aniversario de la fundación de su República en 1946, en el marco de los 150 años de la Unificación que se produjo en 1861. En el acto, con el presidente Giorgio Napolitano como anfitrión participaron también 42 jefes de Estado, entre ellos el mandatario ruso, Dmitri Medvedev; el vicepresidente estadounidense, Joe Biden; el presidente afgano, Hamid Karzai; el israelí, Shimon Peres; el palestino, Mahmud Abbas; el rey de España, Juan Carlos II, y el canciller argentino Héctor Timerman. El acto terminó con el célebre vuelo de los aviones desplegando en el cielo el humo verde, blanco y rojo del pabellón italiano.
Por la tarde noche, los festejos por la unificación y la República continuaron en la Capilla Paulina del Palacio Quirinale –sede de la presidencia italiana–, donde la Orquesta de Santa Cecilia interpretó Las Cuatro Estaciones de Antonio Vivaldi. Napolitano recibió personalmente a cada uno de los invitados extranjeros, entre ellos la presidenta de la Nación Cristina Fernández, y agradeció a todos por lo que consideró una “expresión universal de simpatía hacia Italia”. El mandatario afirmó que “en los 150 años que pasaron desde el día de la unificación nacional, Italia ha recorrido un camino largo y tortuoso, que nosotros hemos querido volver a recorrer con espíritu crítico, en ocasión de un aniversario tan solemne”.
Luego los mandatarios participaron de la cena de honor ofrecida por Napolitano. La presidenta se sentó en la mesa entre el primer ministro italiano Silvio Berlsuconi y el presidente de Alemania Christian Wulff, y recibió el saludo del secretario de Estado del Vaticano Tarcisio Bertone, quien le transmitió un saludo del papa Benedicto XVI. La presidenta también tuvo un cruce de saludos con el presidente de Israel Shimon Peres, con quien hoy tendrá una reunión bilateral en Venecia para dialogar sobre el reconocimiento del Estado Palestino.
En horas de la tarde, la presidenta se había reunido en el hotel Edén con su par chileno Sebastián Piñera, con quien analizaron durante 40 minutos la agenda entre ambos países, en la que figura una nueva política de complementariedad energética y la construcción del corredor bioceánico que, a la altura de la provincia de San Juan, hará más fácil la comunicación entre el Pacífico y el Atlántico. Finalmente, hoy, la presidenta de la Nación viajará rumbo a Venecia para inaugurar el pabellón argentino en la Bienal de esa ciudad y cerrar de esa manera la visita oficial a Italia.
