Carlos Mugica hubiera cumplido 93 años este sábado. Recordando su nacimiento –pero también porque dentro de pocos meses, en mayo de 2024, habrán pasado 50 años de su asesinato a manos de la Triple A–, se realizó un festival cultural en el Cabildo. Lo organizaron los Curas villeros y el grupo de Curas en Opción por los Pobres, con el apoyo del Ministerio de Cultura de la Nación.

Los curas de la villas vienen haciendo una serie de actividades en memoria de Mugica, el sacerdote que, nacido en una familia de las clases dirigentes, se unió al movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo para estar al lado de los más humildes. Hijo y nieto de dirigentes conservadores –su padre fue Ministro de Relaciones Exteriores durante la presidencia de Arturo Frondizi, su abuelo había sido ministro de Agricultura de Roque Sáenz Peña-, Mugica se convirtió no sólo en un cura de los pobres sino además en un cura peronista.

“Él fue el mayor exponente de una generación de la iglesia que supo tomarse en serio el desafío de unir la fe en Jesucristo con la construcción de un mundo con inclusión y derechos para todos”, dijo el sacerdote Pancho Velo sobre el sentido que, junto a sus pares, buscan ponerle a esta serie de encuentros y actividades. Las están realizando con cuatro ejes: Mugica y los barrios populares y villas, Mugica en las iglesias, Mugica y lo político y Mugica y la cultura.

El festival se hizo en una carpa ubicada en el patio del Cabildo. A los organizadores les habían ofrecido también una sala del Centro Cultural Kirchner, pero optaron por el Cabildo, un lugar emblemático cuando están por cumplirse 40 años de la recuperación democrática. Eligieron, además, hacer el homenaje cultural un domingo –así lo contaron– para evitar superponerse con los recitales que la Ciudad de Buenos Aires suele organizar los sábados en la avenida de Mayo. Lo que no se esperaban es que el gobierno PRO decidiera cambiar inesperadamente la realización de uno de sus recitales para pasar a hacerlo en la misma fecha y horario que el homenaje a Mugica. Más sorprendente aún resultó que montara su escenario, poniendo los equipos de sonido al máximo, a menos de 20 metros del lugar donde se hacía el homenaje cultural.

Los artistas convocados se bancaron la superposición de músicas con garra. Teresa Parodi, Marilina Ross, Lito Vitale y el grupo La Tranquera fueron algunos de los estuvieron en el homenaje, compartiendo el espacio con cantantes y grupos de danzas de la Villa 31, el barrio donde Mugica construyó su parroquia Cristo Obrero y en la que ejerció la mayor parte de su actividad pastoral.

Entre el público se vio a Nora Cortiñas y Taty Almeyda, de Madres Línea Fundadora, la madre Carmen Arias, de la Asociación, referentes de la APDH, integrantes de la Asociación de familiares y compañeros de los 12 de la Santa Cruz. También estuvieron el ministro de Cultura, Tristán Bauer y la ministra de Trabajo Kelly Olmos.

Había, además, muchos vecinos de la 31. Entre ellos, los que siendo adolescentes conocieron a Mugica.

“En la villa le decían ‘el padrecito’ ”, contó durante el homenaje, entrevistada por Víctor Hugo Morales, Marilina Ross -que fue su amiga y solía ir a cantar a la capilla, y que junto con Mugica fue parte de la comitiva que acompañó a Juan Domingo Perón, en el avión en el que regresó al país.

El padre Paco Olveira fue el encargado de enlazar pasado y presente. Con los curas en la Opción por los Pobres llevaron al homenaje estampitas de Mugica abrochadas a dos textos. En ellos advirtieron sobre el peligro de votar a Javier Milei o a Patricia Bullrich.

“La libertad que propone Jesús es la que lleva al servicio y a la hermandad y no la de que ‘cada uno (poderosos y empobrecidos) puedan hacer lo quieran sin control’ porque eso es poner el zorro adentro del gallinero”: señalaron en uno de los textos, que pidieron que el público se llevara no para sí, sino para entregarle, a modo de mensaje, a otros.

Amigos y compañeros de vida de Mugica grabaron testimonios sobre su historia que fueron proyectados durante el homenaje. «Fue una persona que lo entregó todo, y la máxima entrega es la máxima realización», señaló en uno de los videos el teólogo Rubén Dri. «Mugica nació en la clase dominante, pero se hizo pueblo con el pueblo, y esto es excepcional y también ejemplar. Porque nadie es responsable de dónde nace, pero sí de lo que hace con su vida. Él se bajó de una clase dominante, de la oligarquía, para subir al pueblo. Personas como Carlos Mugica no mueren, sino que se transforman. Él vive cada vez que nosotros comprendemos su mensaje y, entendiéndolo, nos transformamos».

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