Un residente del Hogar de Ancianos San Martín intentó suicidarse. Era depresivo crónico, pero el macrismo decidió usarlo para una propaganda política. El Gobierno porteño quiso ocultarlo. Pero las denuncias en la comisaría 39ª y en la fiscalía de Saavedra lo desmienten.
La calidad moral de un gobierno se expresa en gestos mínimos. El sábado 28 de mayo, Pedro Miguel Morales, internado en el Hogar de Ancianos San Martín, intentó suicidarse. O hizo un acting, un como que. Se subió a la cornisa y el personal de seguridad pudo agarrarlo antes de la tragedia. ¿El motivo? Sus compañeros lo habían increpado por prestarse para un spot de propaganda electoral del Gobierno porteño. Y Pedro –que ya había tenido otros episodios suicidas– se fue a la terraza.
Se supo estos días que Morales es depresivo crónico, y está medicado con fluoxetina (Prozac). Su condición no habría logrado conmover a los genios publicitarios del Gobierno de la Ciudad, que decidieron usarlo de cualquier modo para las elecciones del 10 de julio. En general, la propaganda del gobierno macrista la manejan dos empresas publicitarias cool: Madre y La Comunidad. Miradas al Sur no pudo determinar quién realizó los cortos, pero sí que fueron hechos el año pasado, en un contexto radicalmente diferente: le pidieron a 18 entrevistados que dieran testimonio, pero no les avisaron que serían usados a favor de la gestión macrista. Consultados por este semanario, varios expresaron su enojo. Uno de ellos dijo que iniciaría juicio a la Ciudad.
La utilización de imágenes de beneficiarios de servicios es habitual en este Gobierno. La “Tarjeta Mayor” es un sistema de “beneficios” para mayores de 60 años en los que figuran los gimnasios Megatlón y conchets restós palermitanos como La Dorita ($ 80, la cena). Pertenece al ministro de Desarrollo Social porteño. Su cláusula 14 dice: “El organizador se reserva el derecho de difundir el nombre y/o imágenes de los poseedores de las tarjetas por los medios y formas de comunicación que crea conveniente, por el término de un (1) año y sin obligación de compensación alguna”. Es decir, el Gobierno porteño otorga un derecho ciudadano a cambio de poder manipular la imagen de personas de la tercera edad a conveniencia. En lenguaje PRO: too much!
¡El elefante se vé, Vidal! Volvamos al flagrante caso de Pedro Miguel Morales. La campaña mediática que utiliza su relato tercerizado se llama “Historias para creer”; se la puede ver en televisión y en el sitio buenosaires.gov.ar. Un lema en videograph anticipa el mensaje al comienzo de cada una de las piezas publicitarias: “Esta es la historia de Pedro y quien mejor la puede contar es Pedro”. Pero Pedro no la cuenta, se la cuentan. Es otro “Pedro”. Una voz en off, que tampoco sería la suya, lo retrata. Esa voz ausente aprovecha para decir que en Warnes 2650, el domicilio del Hogar, encontró “razones para vivir”, cuando la cámara lo muestra vestido de murguero, en una estética de cumpleaños que ya es santo y seña del PRO.
Según el legislador Eduardo Epszteyn (de Encuentro por Buenos Aires), el director del hogar le comunicó que Pedro había entrado hacía cinco años. O sea, antes de que Mauricio Macri fuera jefe de Gobierno. La voz –que habla en primera persona, simulando ser Morales– dice que luego de 50 años de trabajo, la presión le dijo “ya está”, y que se encontró de un día para el otro preguntándose si se iría a vivir a una plaza. También esto sería falaz: Morales tiene tres hijos y nunca habría llegado a tal orfandad callejera.
El intento de suicidio de ocho días atrás no fue denunciado por el Hospital San Martín. “Pido la renuncia de la ministra Eugenia Vidal por mentir y ocultar información”, dijo el legislador ibarrista. Mientras el gobierno de Macri ventilaba que Pedro sólo había tenido “un pico de presión”, Epszteyn certificó que la denuncia de suicidio la habían hecho desde el Hospital Tornú –donde Morales estuvo internado– el domingo pasado a las 10 de la mañana en la comisaría 39ª. “La denuncia quedó caratulada como ‘Tentativa de suicidio’ por el sargento González con el número de legajo 14.634. En la Fiscalía de Saavedra se libró el expediente 1659, donde quedó registrado que personal del Same llevó a Morales al Tornú.”
Hace cuatro días, el Secretario General del Gobierno porteño había comentado el hecho en Twitter: “Tuvo un pico de presión y se desorientó. El informe del médico del Hogar certifica esto”. Y otro: “Ibarra y Epsztein mienten descaradamente, mostrando que no tienen límites a la hora de la bajeza humana y política.”
Lo cierto es que antes de esbozar una estrategia por ocultar el hecho, el Gobierno porteño debería haber presentado la denuncia a través del hogar. “El Hogar San Martín depende de Vidal, que debería pedir la renuncia. La falta de responsabilidad es flagrante y es un hecho que exige la inmediata renuncia de la ministra”, afirmó Epszteyn.
Según constató este legislador, el informe del Same fue firmado por el médico Guillermo Israelevich, que corrobora que se trata de un “paciente de sexo masculino de aproximadamente 70 años, rescatado por vigilancia de la cornisa de un pabellón del Hogar San Martín. Examen sin respuestas a estímulos ni a órdenes verbales. Pulso regular, rigidez”. Epszteyn también sostuvo que en la historia clínica del Hospital Tornú figura que la presión arterial de Pedro Morales era normal, en reverso del relato macrista.
Firmen acá. Otros actores de la campaña “Historias para creer” fueron engañados. Julio Zarza es un militante de trayectoria de la Villa 21 y profesor de teatro. Trabaja en el Ente Único de Servicios Públicos, un organismo nacional, desde 2004. Es coordinador del Plan “Cultura en Villas” de la Secretaría de Cultura de Nación. También coordina el plan de becas “Incentivos Culturales” del Ministerio de Desarrollo Social porteño conducido por Eugenia Vidal. En la Villa 21, se expresa en un estipendio de $ 200 por mes para alrededor de cien chicos. Cuando se enteró por este periódico que su imagen era manipulada a favor de la campaña electoral de Mauricio Macri se indignó. “Esto es algo que aleja de la política. A mí me filmaron a principios de 2010, me dijeron que me querían hacer una nota, nada más. Y yo hablé de ambos programas, pero mi comentario sobre Cultura en Villas no aparece. A veces, uno agradece y es usado. Editaron ese material sin mi consentimiento.”
Consultado si aún estaba conforme con apoyar desde un spot publicitario al gobierno de Macri, Zarza acotó: “Jamás podría prestarme a apoyar a un político que dijo que los inmigrantes son narcotraficantes, siendo que soy hijo de paraguayos. Nadie vive de prestado en Argentina; siempre se lo digo a mi gente. Esta es una tierra de inmigrantes. Como lo fue no hace tanto el padre del jefe de Gobierno actual”.
En su columna del viernes en el programa de María O’Donnell en Radio Continental, La Vuelta, Zarza comentó su bronca y expuso el audio del spot y el audio sin cortar. Desde el Gobierno porteño, le hicieron llegar la promesa que pondrían el material en la web sin cortar, aunque no sería parte de la campaña publicitaria.
Otro caso fue el de Ana Retamoso. Ana cuenta en el spot cómo le cambió la vida haber podido fundar con otras compañeras su Pyme textil. En “Hilvanando Ideas”, Retamoso confecciona tejidos de punto con motivos del Perú, país donde nació. La empresa es parte del Polo Textil Barracas, una iniciativa conjunta en la que interviene el ministerio de Producción porteño, La Corporación Buenos Aires Sur y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti). “Me filmaron en octubre del año pasado”, cuenta Retamoso. “Hace quince días, me llamaron para avisarme que iba a salir la publicidad, pero todavía no la vi. Me hicieron firmar un permiso para poder salir por internet, pero nunca me avisaron que era para la campaña electoral de Macri.”
Por el caso de Pedro Miguel Morales, Epszteyn evalúa denunciar penalmente a Eugenia Vidal por “encubrimiento de un posible delito e instigación al suicidio”. Más allá de la vía judicial, el descaro, la negligencia y la mentira sigue gobernando esta Ciudad. Al menos, hasta que las urnas hablen el próximo 10 de julio.
