Viamo se suma a la ola de despidos en la industria del calzado y empresarios advierten que, sin medidas de protección, los cierres y despidos podrían multiplicarse

La firma Viamo despidió a más de 30 empleados en su planta de Capital Federal, no pagó indemnizaciones y planea reducir la producción nacional en un contexto de crisis histórica para la industria del calzado.

 

 

La reconocida empresa de calzado Viamo concretó más de 30 despidos en su planta de Capital Federal y atraviesa un conflicto abierto con sus trabajadores. En medio de la crisis del sector, la compañía pidió un Procedimiento Preventivo de Crisis, no abonó las indemnizaciones correspondientes y avanza en un plan para reducir al mínimo su producción local.

En julio, la firma despidió a casi la mitad de su personal de fábrica, que pasó de unos 80 operarios a menos de 40. Los telegramas, enviados bajo la razón social Lannot S.A., invocaron el artículo 247 de la Ley de Contrato de Trabajo por “grave falta de trabajo”.

Pese a haber intentado tramitar un plan para pagar solo el 50% de las indemnizaciones —rechazado por el sindicato—, la empresa ejecutó los despidos sin cumplir con las liquidaciones. “No nos pagaron vacaciones, aguinaldo ni premios, solo algunos días trabajados. La indemnización, nada”, denunció uno de los cesanteados.

La situación derivó en una protesta frente a la fábrica, aunque sin respuesta de la conducción. En paralelo, se iniciaron demandas judiciales que buscan asegurar el cobro íntegro de las compensaciones.

La crisis de Viamo refleja la debilidad de toda la industria del calzado. El presidente de la Cámara del sector, Alberto Sellaro, advirtió que se trata de “la peor crisis de los últimos 40 años”.

Según datos oficiales, las importaciones de calzado pasaron de 21 millones de pares anuales en períodos anteriores a casi 35 millones, con la proyección de superar los 42 millones este año. Esa avalancha de productos importados impactó de lleno en la producción nacional, que en 2014-2015 alcanzaba 125 millones de pares y hoy opera a muy baja capacidad.

En este escenario, se estima que entre 7.000 y 8.000 empleos se perdieron en los últimos meses. “Nunca hubo un año peor que este. El consumo está acabado”, sentenció Sellaro.

Fundada en 1988 por los hermanos Chiodini, Viamo llegó a tener más de 25 locales y una planta propia de producción. Sin embargo, la presión de la competencia externa y la caída del poder adquisitivo llevaron a la firma a cerrar sucursales y despedir personal.

Los planes actuales apuntan a mantener únicamente un depósito y tareas administrativas, abandonando casi por completo la fabricación local. “Los que seguimos adentro sabemos que la producción prácticamente se termina”, confesó un empleado que aún conserva su puesto.

Mientras las demandas laborales avanzan y los trabajadores reclaman lo adeudado, el futuro de Viamo y de la industria del calzado en general se mantiene bajo una fuerte incertidumbre. Empresarios del sector advierten que, sin medidas de protección, los cierres y despidos podrían multiplicarse en los próximos meses.

 

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