«La suba precipitada del dólar termina de destruir los salarios, la pérdida del poder adquisitivo se agrava. Las empresas, para cubrirse de la devaluación, están remarcando hasta los productos de consumo masivo», manifestó Rodolfo Aguiar, Secretario General de ATE Nacional. Para el sindicato, ahora el ingreso mínimo en toda la Administración Pública debe ser de 1.900.000 pesos.
El Gobierno nacional continúa sin encontrar el rumbo económico. Durante la última semana la crisis económica se agudizó a partir de un dólar que sigue en aumento a pesar de la intervención estatal y un riesgo país que trepó por encima de los 1400 puntos. El impacto en el bolsillo de los trabajadores es inmediato, con cada aumento del dólar los salarios se licúan aún más. En este sentido, el sindicato pudo verificar incrementos que van desde un 4 a un 9% en las góndolas de supermercados y comercios de cercanía en la Capital Federal y en otras 14 provincias. Al respecto la organización continuará con el monitoreo de precios durante esta semana.
“La suba precipitada del dólar termina de destruir los salarios, la pérdida del poder adquisitivo se agrava. Las empresas, para cubrirse de la devaluación, están remarcando hasta los productos de primera necesidad. Suben los precios de bienes y el costo de los precios mayoristas y minoristas. Lo único que no sube son los salarios”, manifestó el Secretario General de ATE Nacional, Rodolfo Aguiar.
“Sin oír el mensaje de las urnas, el Gobierno pretende seguir ajustando por congelamiento salarial. En el sector público, el ingreso promedio ha perdido más de un 40% de su poder de compra. Por estas horas el Gobierno no puede controlar la economía y esa crisis se descarga sobre las espaldas de trabajadores y jubilados. Se tienen que reabrir las paritarias y otorgar un aumento de emergencia que permita cubrir el valor que tiene la Canasta Familiar. El Gobierno debe garantizar un ingreso mínimo de 1.900.000 pesos en toda la administración pública”, agregó el dirigente y completó: “El caballito de batalla del Gobierno, que era la baja de inflación, está en riesgo. La inflación está aumentando a pesar de que existe una profunda caída del consumo.”

La semana cerró con un dólar que superó los 1515 pesos, los bonos acumulan una pérdida promedio del 25% en septiembre y el riesgo país llegó a los 1473. Todo esto impacta fuertemente en los precios de la Canasta Familiar porque la economía está muy dolarizada en su formación de precios, aunque los salarios se manejen en pesos.
Está claro que muchos productos de consumo masivo como alimentos, electrodomésticos, medicamentos y ropa, entre otros, dependen de insumos, maquinarias o materias primas importadas que se pagan en dólares. Si sube el dólar, sube el costo de producción.
Del mismo modo impactan en el bolsillo de los argentinos los productos del agro que se exportan y tiene precios internacionales en dólares. Incluso el agravamiento de la crisis provoca un aumento en el costo de la Canasta Familiar a partir del aumento de precios por los grandes márgenes de especulación y las expectativas de inflación.
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