Con la caída del precio de la hoja, los tareferos de Misiones migran a Brasil y los niños, sin asistencia social, vuelven a los yerbatales

La desregulación del mercado yerbatero, el derrumbe del precio de la hoja verde y el avance de los grandes grupos industriales están provocando un nuevo desarraigo en Misiones, con tareferos y pequeños productores migrando, denunciando explotación y alertando que, con estas condiciones, la zafra podría no comenzar.

 

 

La desregulación del mercado yerbatero en Misiones está generando una crisis sin precedentes entre colonos y tareferos que describe un escenario marcado por la pérdida de derechos, la caída del precio de la hoja verde y un creciente proceso de desarraigo. La producción de yerba mate, ritual cotidiano para millones de argentinos, se sostiene sobre una cadena en la que los trabajadores rurales constituyen el eslabón más vulnerable.

El desmantelamiento del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), creado en 2002 para ordenar el mercado y garantizar un precio justo, alteró por completo el esquema productivo. Un decreto reciente prohibió al organismo intervenir en la fijación de precios, lo que, según la investigación del medio, dejó el control del mercado en manos de grandes grupos industriales. El texto del propio decreto es explícito: “El INYM no podrá dictar normas o establecer intervenciones que provoquen distorsiones en los precios de mercado”.

Con este nuevo marco, y en un contexto de apertura importadora, los industriales pagan alrededor de 200 pesos por kilo de hoja verde, muy lejos de los 750 pesos necesarios para garantizar rentabilidad y salarios dignos. En diálogo con El Destape, Ana Cubilla, secretaria general del Sindicato Único de Obreros Rurales (SUOR), advirtió: “Con estos valores no puede comenzar la zafra. La desprotección es absoluta (…) este modelo de exclusión nos está desarraigando nuevamente, como en la década de los ’90”.

El reportaje señala que esta desregulación impacta no solo en los trabajadores sino también en los pueblos yerbateros de Misiones, donde se observa una corriente migratoria hacia Brasil. Cubilla explicó al medio que la desarticulación estatal ha devuelto a las infancias a los yerbales: “El cuadro es un Guernica para los trabajadores de la yerba mate”, afirmó, refiriéndose a la vuelta del trabajo infantil ante la falta de apoyo alimentario y social en los centros de cuidado.

La situación se agrava por la alta concentración del mercado. Según un informe elaborado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), el 75% de la producción industrial se concentra en diez empresas, y solo tres —Las Marías, Liebig y Santa Ana— explican el 47% del total. Al mismo tiempo, la importación de yerba mate se disparó un 276% durante el primer semestre de 2025, con Las Marías y La Cachuera explicando el 70% de las compras externas.

Frente a este panorama, productores y trabajadores amenazan con frenar la zafra. “No hay manera de cosechar con estos precios”, insistió Cubilla en declaraciones al portal, quien además reclamó la necesidad de unificar a los distintos eslabones de la cadena productiva. La dirigente participó recientemente del “Encuentro Soberanista”, donde varias organizaciones debatieron el futuro del sector y la necesidad de construir alternativas frente al actual modelo económico.

Cubilla describió también cómo las familias se ven forzadas a emigrar: “El desarraigo es total y absoluto (…) muchas familias ya no pueden moverse dentro del país para conseguir trabajo, ahora la migración es hacia Brasil”. En los espacios comunitarios de Andrecito y Wanda, el fenómeno se hace visible: “El 80% de los padres de esos chicos ahora están en Brasil”, dijo, y denunció la falta de asistencia estatal: “Esta deshumanización te rompe todo”. En este contexto, la dirigente se pregunta si aún es posible reescribir un destino común para los trabajadores y trabajadoras del país.

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