El sindicato SOMU denunció que las empresas pesqueras de la Patagonia intentan imponer un recorte salarial del 30% y que cuentan con la complicidad del gobierno provincial y la inacción del Ministerio de Trabajo. La industria permanece paralizada y crece la tensión social en las ciudades del sur.
La tensión en la industria pesquera patagónica no cede. El Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) denunció que las empresas del sector buscan aplicar un ajuste del 30% sobre los salarios de los trabajadores, en un escenario que combinan como «crisis social, inacción estatal y embestida patronal».
“Nos quieren sacar el 30% del salario, sin rodeos”, expresó César Zapata, secretario general del SOMU, durante una entrevista a medios locales. El dirigente gremial acusó a las patronales de actuar sin voluntad real de negociación y de atacar directamente el convenio colectivo.
Zapata sostuvo que el gobierno ofreció una reducción del 27% en cargas fiscales, pero las empresas no solo rechazaron la propuesta, sino que además exigieron trabajar con un tipo de cambio de $8,25, muy por debajo del oficial. Según explicó, esta maniobra encubre un recorte indirecto del salario real.
Además, apuntó contra el Ministerio de Trabajo por no ejercer control sobre las empresas: “No presentan balances, no justifican nada. Solo dicen que no les cierran los números. Nos mienten en la cara”, denunció.
Desde el SOMU aseguran que el conflicto es político más que económico, y acusan al propio gobernador de haber declarado que el problema es el SOMU, lo que interpretan como un intento de debilitar al sindicato para imponer nuevas condiciones laborales sin resistencia.
La crisis ya afecta a varias localidades pesqueras. En Puerto Deseado se registran cierres de comercios por la caída de la actividad, mientras que en Puerto Madryn los barcos de la región fueron excluidos de las prospecciones, en beneficio de embarcaciones de Mar del Plata. “Nos aislaron a propósito”, afirmó Zapata.
En este contexto, solo la pyme Pescargen logró un acuerdo con el sindicato y continúa operando con el buque Mar Sur. “Si ellas pueden, ¿por qué las demás no?”, se preguntó el dirigente sindical, quien destacó el compromiso de esa empresa frente a la crisis.
La situación social en el sur argentino se deteriora rápidamente. “Hay compañeros que caminan al piquete para poder comer. Las esposas vienen al gremio a pedir ayuda”, relató Zapata. Según él, lo que está en juego va más allá del salario: “Es una embestida contra todo el sur argentino”.
Ante la falta de respuestas, el SOMU evalúa nuevas medidas de fuerza. “Si no hay avances, vendrán decisiones más duras”, anticipó Zapata, quien advirtió que las patronales buscan “instalar condiciones de trabajo esclavo, bajo la excusa de la competitividad”.
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