Crisis en los frigoríficos argentinos: Estiman 2.000 empleos en riesgo por caída del consumo, de las exportaciones y aumento de costos

La industria frigorífica enfrenta una crisis profunda que amenaza miles de empleos en todo el país. Caída del consumo de carnes, desplome de exportaciones y aumento de costos conforman un escenario crítico que ya provocó despidos masivos y cierres de plantas. La situación se calificó como “alarmante”.

 

La industria frigorífica argentina atraviesa una de las peores crisis de su historia reciente, con miles de puestos de trabajo en riesgo en distintos puntos del país. La situación fue calificada como “alarmante” por Sebastián Lastiri, titular de la Agencia La Pampa de Inversiones y Comercio Exterior (I-Comex), quien advirtió que solo en su provincia hay más de 2.000 empleos en peligro. La situación afecta a frigoríficos de La Pampa, Santa Fe y Buenos Aires, principalmente aquellos vinculados a la exportación.

El sector enfrenta una “tormenta perfecta” compuesta por varios factores. En primer lugar, la caída del consumo interno: si bien en el primer semestre del año se registró una leve mejora (5,2% interanual), los altos precios de los cortes populares continúan limitando la demanda. A esto se suma un colapso de las exportaciones, que descendieron casi un 30% a nivel nacional y más del 40% en La Pampa. El retroceso se atribuye a la baja de precios internacionales, especialmente por parte de China, y nuevos aranceles de Estados Unidos, que han golpeado la competitividad de los productos argentinos.

Por otro lado, el aumento de costos operativos ha estrechado aún más los márgenes de ganancia. La suba de tarifas, un tipo de cambio considerado distorsivo por el sector y el “encarecimiento de la Argentina en dólares” configuran un escenario crítico. En consecuencia, muchas plantas han optado por despedir personal o paralizar su producción. Según datos de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), las cadenas de carne (vacuna, aviar y porcina) generan alrededor de 800 mil empleos, por lo que el impacto social podría ser masivo.

Entre los casos más recientes, el Frigorífico San Telmo (ex-Sadowa), en Mar del Plata, despidió a 56 trabajadores y mantiene su planta cerrada desde abril. En la provincia de Buenos Aires, el Frigorífico Devesa cesanteó a 40 personas, y se estima que esa cifra podría llegar a 150. En Santa Fe, el Frigorífico Euro ya ejecutó unos 70 despidos. Frente a este panorama, algunas provincias han implementado créditos a tasa subsidiada y medidas paliativas, pero el consenso entre gremios, empresarios y funcionarios es que se requieren soluciones de fondo a nivel nacional.

Uno de los casos más críticos es el del Frigorífico HV, ubicado en Bernasconi (La Pampa), que recientemente solicitó el concurso preventivo de acreedores. La empresa arrastra una deuda bancaria superior a los 6.100 millones de pesos y tiene más de 600 cheques rechazados. Aunque asegura que no ha cesado sus actividades y mantiene su compromiso con clientes del exterior, admite que atraviesa un “desequilibrio económico-financiero transitorio” agravado por tensiones con acreedores y organismos fiscales. La firma busca reorganizar su estructura operativa y financiera para evitar una posible quiebra.

Lastiri, funcionario pampeano, insistió en que “cada despido afecta a toda la economía local”, y que el sector político debe actuar con urgencia. “No se avizoran medidas concretas que le devuelvan rentabilidad al sector”, lamentó. Mientras tanto, el futuro de miles de trabajadores permanece atado a las decisiones que pueda tomar el Gobierno Nacional en las próximas semanas, en un escenario que tensiona el entramado productivo de una de las actividades más representativas del país.

 

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