Fue en el marco de la primera reunión entre los delegados de UOM y los directivos de la compañía, que confirmaron su decisión irrevocable de finalizar su producción en el país. Whirlpool comunicó este miércoles el cierre sorpresivo de su planta y se infiere que pasará a importar sus productos.
Luego de la sorpresivo anuncio de cierre dado a conocer en la mañana de este miércoles por parte de la planta Whirlpool del Parque Industrial de Pilar, se realizó una reunión entre directivos de la firma dedicada a la fabricación de electrodomésticos y delegados gremiales de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM).
En el encuentro, según relató el portal local Pilar a Diario, los representantes de los trabajadores le solicitaron a la compañía que una parte de los empleados despedidos sean reasignados a tareas de despacho de los productos en stock.
Los trascendidos apuntan a que la empresa podría dedicarse a partir de ahora a importar electrodomésticos fabricados en otras plantas del mundo para abastecer el mercado interno, por lo que su planta productiva podría convertirse en un centro de acopio y distribución. No obstante, estas versiones no fueron confirmadas por la compañía que solo se limitó a comunicar el cese definitivo de su producción en el país.
«El cierre ya es una decisión tomada. Dicen que les sale muy caro invertir en el país», afirmó Ignacio Cabezas, operario de la empresa, a partir de lo conversado en la reunión. «El gremio planteó que sean reubicados algunos trabajadores pero la empresa no respondió nada por ahora».

En cuanto a la situación de las indemnizaciones al total de los cesanteados, el empleado manifestó que «nos dijeron que nos van a pagar lo que corresponde».
Whirlpool anunció ayer el sorpresivo cierre de su planta ubicada en el Parque Industrial de Pilar y el consecuente despido de la totalidad de sus trabajadores. La noticia fue dada a conocer por parte del director de la planta, inaugurada en octubre de 2022.
Todos los empleados de la compañía -entre 250 y 300 personas- fueron reunidos en el comedor de la empresa, donde les fue comunicado el inmediato cierre de la misma.
«No nos dieron ningún previo aviso, nos acaban de desvincular a toda la empresa, incluido el personal de administración, recursos humanos. Cierran completamente y nos trajeron un transporte para el que se quiera ir», señaló Cabezas.
En cuanto a los argumentos vertidos por los directivos, «nos dijeron que bajaron muy de golpe las ventas y que ya no compite la marca dentro del mercado», situación vinculada al ingreso de las importaciones. En este sentido, precisó que un lavarropas Whirlpool con capacidad para 7 kilos cuesta entre 800 y 1 millón de pesos, cuando «una marca china puede conseguirse a mitad de precio».
Si bien esta situación derivó en una baja de la producción, teniendo en cuenta que «producíamos entre 500 y 600 lavarropas por día y ahora estábamos produciendo 400» y en consecuencia «hace dos semanas despidieron a los trabajadores eventuales», no había sospechas acerca de un cierre total de la fábrica. «Esperábamos una suspensión», señaló el trabajador y agregó que «hasta ayer estábamos produciendo».
