Un informe del portal de empleo Bumeran reveló que el 54% de las personas activas en el mercado laboral no logró independizarse de la casa familiar. La inestabilidad económica y el empleo precario son los principales obstáculos.
Una reciente encuesta elaborada por el portal de empleo Bumeran arrojó un dato contundente: el 54% de los trabajadores argentinos todavía no logró independizarse y continúa viviendo en el hogar familiar. El estudio, que relevó las respuestas de casi 1.900 personas de todo el país, apunta a la falta de empleo o a ingresos insuficientes como las principales causas de esta tendencia creciente.
El informe también destaca que el 85% de los encuestados considera que independizarse hoy es más difícil que hace una década. Esta percepción no solo afecta a jóvenes que aún no dejaron la casa de sus padres, sino también a quienes lo hicieron y debieron volver, mayoritariamente por motivos económicos. Entre quienes regresaron, un 24% lo hizo tras perder su empleo y un 20% por no poder afrontar los gastos del alquiler.

Los datos muestran que este fenómeno atraviesa todos los géneros y áreas laborales. El 54% de las mujeres y el 53% de los varones siguen viviendo con sus familias, cifras similares al 57% registrado entre personas de otros géneros. Por sectores, las tasas de personas que siguen conviviendo con sus familias primarias alcanzan al 56% en comercio, 51% en producción y logística, 49% en administración y finanzas, 46% en salud y 51% en marketing y comunicación.
Además, el 28% de quienes hoy viven en el hogar paterno ya habían intentado independizarse previamente, pero se vieron forzados a volver. El encarecimiento del costo de vida, los salarios bajos, la falta de estabilidad contractual y situaciones personales como rupturas de pareja son algunas de las razones que explican estos retrocesos.
A pesar de las dificultades, el anhelo de emancipación sigue presente: el 96% de los encuestados expresó su deseo de vivir de forma independiente. Sin embargo, en el contexto actual de inflación persistente, bajos salarios y ausencia de políticas efectivas de acceso a la vivienda, ese objetivo se vuelve cada vez más difícil de alcanzar.
El problema no es exclusivo de Argentina. Según Bumeran, otros países de América Latina muestran cifras similares: en Chile, el 62% de los trabajadores vive aún con su familia; en Ecuador, el 58%; en Perú, el 56%; y en Panamá, el 53%. Estos datos reflejan un fenómeno regional marcado por condiciones económicas desfavorables, alta informalidad laboral y un acceso limitado a la vivienda digna y estable.
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