La firma DBT, histórica fábrica de alternadores y grupos en Sastre, Santa Fe, despidió a 37 empleados y reducirá su operación al mínimo para dedicarse a importar equipos desde China. El cierre de la producción local impactará de lleno en una ciudad de apenas 6.000 habitantes, donde la empresa fue durante décadas un pilar industrial.
La ciudad santafesina de Sastre recibió este martes un duro golpe laboral: DBT, también conocida como Cramaco, despidió a 37 trabajadores, equivalente a cerca del 90% de su plantilla, y confirmó que dejará de fabricar alternadores y grupos electrógenos en la Argentina para pasar a importarlos desde China.
La compañía, asociada desde 2003 a la multinacional española Himoinsa, convocó al personal al mediodía y comunicó la decisión en una reunión que tomó por sorpresa a empleados de producción y de oficinas. La planta, ubicada en el centro-oeste de Santa Fe, era reconocida por fabricar íntegramente los alternadores que luego se ensamblaban en grupos electrógenos.
La firma anunció que adoptará un esquema centrado en la importación: los equipos llegarán terminados desde China y se distribuirán directamente en el mercado local. De esta manera, se interrumpe un proceso industrial histórico para la comunidad sastrense, que contaba con esta fábrica como uno de sus motores productivos desde mediados del siglo XX.

El impacto económico podría sentirse rápidamente en la localidad, que cuenta con unos 6.000 habitantes. La planta no solo generaba empleo directo, sino que también movilizaba actividad en talleres, proveedores y comercios de la zona.
Los despidos de este martes no fueron un hecho aislado. En septiembre del año pasado, la empresa ya había desvinculado a 16 trabajadores, algunos con hasta dos décadas de antigüedad. En ese momento, la explicación fue la caída abrupta de ventas y la paralización de la producción: la planta acumulaba 120 grupos electrógenos en stock, mientras que comercializaba apenas entre 10 y 12 unidades por mes.
En aquel momento, Ricardo Ozuna, de UOM El Trébol le dijo a Radio Eme: «Nos dijeron que les conviene ensamblar grupos electrógenos trayendo componentes de afuera que fabricar acá».
Cramaco nació en 1947 y con el tiempo se convirtió en un emblema industrial de la región. En 1999, tras un cambio de propietarios, adoptó el nombre DBT S.A. y, cuatro años más tarde, se integró al grupo Himoinsa, lo que consolidó su presencia en mercados internacionales.
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