Las dos CTA se sumaron a trabajadores de la salud, pacientes y organizaciones sociales, políticas y sindicales para denunciar el ajuste del Gobierno en el sistema sanitario. El Garrahan fue el eje del reclamo, pero también se visibilizó la situación crítica en otros organismos y hospitales nacionales afectados por recortes, despidos y desfinanciamiento como el Hospital Posadas, el Clínicas, el Bonaparte, el Instituto Nacional del Cáncer y la Fundación de Hemofilia.
Las dos centrales sindicales, la CTA Autónoma y la CTA de los Trabajadores, realizaron este martes una multitudinaria movilización en defensa del Hospital Garrahan y de todo el sistema de salud pública. La protesta, que contó con la participación de trabajadores del sector, familiares de pacientes, organizaciones sociales políticas y sindicales, buscó visibilizar el impacto de los recortes presupuestarios y despidos en hospitales clave como el Clínicas, el Posadas, el Bonaparte y el propio Garrahan.
Los manifestantes denunciaron que el ajuste impulsado por el gobierno de Javier Milei afecta directamente la atención sanitaria de millones de argentinos. En la actualidad, 23 millones de personas dependen exclusivamente del sistema público, mientras que se registra un aumento del 20% en la demanda de consultas e historias clínicas desde diciembre pasado, producto de la crisis en obras sociales y prepagas.

Uno de los ejes centrales de la protesta fue la situación del Hospital Garrahan, cuya planta médica sufrió más de 220 renuncias en los últimos meses debido a la pérdida salarial y las condiciones de precarización. Los sindicatos exigen un salario inicial de $1.800.000 a $1.900.000, la reapertura del diálogo institucional y la remoción del actual director médico, Mariano Pirozzo, por no contar con formación pediátrica y por haber impulsado políticas de ajuste en gestiones anteriores.
Hugo «Cachorro» Godoy, Secretario General de la CTA Autónoma, advirtió: “Este gobierno quiere arrasar con todas las condiciones fundamentales de vida del pueblo argentino. Destruye la salud, la educación, el sistema previsional”. Por su parte, Ricardo Peidro, secretario adjunto de la Central, remarcó que “el Garrahan se ha transformado en símbolo de una lucha más amplia por la defensa de la salud pública”.
Desde la llegada del nuevo gobierno, el sector salud ha enfrentado un recorte del 50% en su presupuesto, incluyendo el cierre del Instituto de Enfermedades Cardiovasculares, el ajuste al Hospital Sommer, la desfinanciación del Instituto Nacional del Cáncer y la Fundación de Hemofilia, y la virtual desaparición de la Dirección Nacional de VIH, Hepatitis y Tuberculosis.

En ese contexto, el dirigente Jorge Yabkowski (FESPROSA) destacó la unidad de acción entre distintos sectores sociales: “Hoy construimos una gran coalición en defensa de la salud pública. Basta de despidos, de precarización, de salarios a la baja. Basta Milei, basta Lugones”.
También los jubilados se sumaron a la jornada. Olivia Ruiz, de la CTA Autónoma, denunció el desmantelamiento de la cobertura de PAMI y el incumplimiento en la entrega de medicamentos gratuitos: “La salud atraviesa de manera directa a los jubilados. La unidad es la que hará que este gobierno se vaya más temprano que tarde”.

Desde las centrales argumentaron con datos que actualmente, el 60% de la población depende exclusivamente del sistema público de salud, mientras que solo el 30% está cubierto por obras sociales y apenas el 10% por prepagas, cuyos costos se incrementaron en más del 120% durante 2024. La migración de usuarios desde el sector privado hacia el público ha crecido un 35% desde diciembre, acentuando aún más la presión sobre hospitales y centros de atención primaria.
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