Los datos oficiales confirman que, pese a la desaceleración inflacionaria, el salario real del sector privado cayó durante tres meses seguidos y volvió a niveles de noviembre de 2023. Las paritarias no logran revertir la pérdida del poder adquisitivo.
A pesar de la desaceleración de la inflación, los salarios reales de los trabajadores registrados en el sector privado acumulan tres meses consecutivos de caída, según el último informe de la Secretaría de Empleo. En abril, el salario medio real presentó una baja del 1,6% respecto de marzo, confirmando una tendencia descendente iniciada en febrero. El poder adquisitivo de los trabajadores se encuentra actualmente en el mismo nivel que en noviembre de 2023, al asumir el nuevo gobierno.
El informe oficial identificó tres fases en la evolución reciente de los ingresos: una fuerte caída en diciembre pasado (-10,7%), una breve recuperación hasta enero, y desde entonces una nueva etapa de retroceso que dejó el índice de salario real en 99,7 puntos en abril (base 100 en noviembre de 2023). A nivel interanual, sin embargo, los ingresos registraron un aumento del 7,9% en comparación con abril de 2024.
Las negociaciones paritarias aparecen como uno de los factores clave en la explicación del retroceso. En abril, los salarios negociados en convenios colectivos apenas subieron un 0,2%, tras cuatro meses de caída. En términos interanuales, ese incremento fue del 6,1%. Según los economistas, las cláusulas de actualización salarial han sido insuficientes para compensar la inflación acumulada.
El economista Federico Pastrana advirtió que “la recuperación del salario real tiene corto alcance” y que, con la inflación por encima del 1% mensual, será difícil sostener mejoras concretas en el poder de compra. Además, explicó que muchas paritarias están incorporando sumas fijas como forma de compensar parcialmente la pérdida de ingresos, aunque con incrementos proporcionales muy bajos para los próximos meses.
A esta situación se suma la dificultad de contar con un indicador único y fiable. El RIPTE —que mide solo a trabajadores con más de 13 meses de antigüedad— creció en abril un 2,9%, apenas por encima de la inflación oficial (2,8%), pero deja fuera muchas variables del salario real. Por su parte, el índice de salarios del INDEC mostró una suba del 3% en marzo, también por debajo del IPC de ese mes (3,7%), con los trabajadores privados como los más perjudicados.
En este contexto, la evolución de los ingresos dependerá en gran medida de las próximas paritarias y del rumbo económico general. Por ahora, el deterioro del salario real refleja el impacto de una economía estancada, con bajos niveles de consumo y escasa capacidad de negociación por parte de los trabajadores.
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