En la Casa Rosada, “la casta” está de fiesta. Mientras se ejecuta “el mayor ajuste de la historia” argentina, Javier Milei sigue premiando a sus funcionarios más cercanos. A pesar del sonado mantra “No hay plata”, en los últimos días el Gobierno inauguró un festival de ascensos. Ayer, le dio rango y jerarquía de ministros al secretario de Prensa, Eduardo Serenellini; a la secretaria General de la presidencia, Karina Milei; y al secretario Legal y Técnico, Javier Herrera Bravo. Se sumaron, así, a la designación del vocero Manuel Adorni como Secretario de Estado. En la práctica, los funcionarios mantienen sus mismas responsabilidades. Lo único que cambia son los aumentos salariales encubiertos que reciben, pero les da pudor admitir. El directorio de YPF, del que forma parte el Jefe de Gabinete Nicolas Posse, también avanza en un salariazo para sus integrantes.

Los ascensos de Karina Milei, Serenellini y Herrera Bravo fueron oficializados a través del DNU 337/2024. Para poder hacer estos cambios de jerarquías, el Presidente tuvo que modificar la Ley de Ministerios. La medida que más sorprendió fue la que involucra al Secretario de medios, que había perdido esa categoría la semana pasada por otro decreto presidencial. Al justificar la decisión, que tendrá impacto económico por el consecuente aumento de sueldo que recibirá Serenellini, el jefe de Estado subrayó que “la medida propuesta resulta impostergable para la gestión del Gobierno.

El premio al experiodista se dio al día siguiente de que Adorni fuera ascendido con la jerarquización como secretario de Estado, lo que le valió un aumento salarial y una catarata de cuestionamiento por ser la voz oficial que, a diario, justifica las políticas de ajuste en la Casa Rosada. El incremento de sueldo del vocero, incluso, fue el argumento que utilizaron muchos senadores para exigir lo propio. “Un senador estaba cobrando menos que un tuitero del presidente”, lanzó con sorna el radical Martín Lousteau. “No está bien que ganemos la mitad de lo que gana el vocero”, sumó la mendocina Mariana Juri.

Los gastos de Karina

El DNU publicado ayer estableció que “las personas a cargo de las Secretarías General, Legal y Técnica y Prensa, dependientes de la Presidencia, tendrán rango y jerarquía de Ministro”. De esa forma, también Karina Milei y Javier Herrera Bravo, la persona encargada de cuidarle la firma al Presidente, fueron equiparados a ministros y gozarán de una escala salarial más elevada.

La hermana del mandatario ya había recibido otro premio esta semana. El martes, a través de la decisión administrativa 207/2024, obtuvo una suba del 120 por ciento para los gastos discrecionales del presupuesto que administra. “¿Para qué va a usar la resignación de 35.000 URS (Unidades Retributivas) Adicionales que al valor de hoy ascienden a 22.214.500 pesos por mes?”, se preguntó la diputada de Unión por la Patria Victoria Tolosa Paz. “La hermana del presidente ahora tiene más de 22 millones de pesos extra (de los que ya tenía) para pagar sobresueldos”, remató en sus redes sociales.

Otra polémica, que va en el mismo sentido, involucra a YPF. La próxima Asamblea del directorio de la empresa petrolera –a realizarse el 26 de abril– tendrá sobre la mesa un tema central para sus integrantes: se debatirá una actualización exponencial de los salarios, que los fijará en hasta 70 millones de pesos (ver aparte). Un dato no menor es que ese directorio está integrado, nada más y nada menos, que por el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y su vice, José Rolandi.

A contramano

Todas estas decisiones, se dan a contramano de la premisa libertaria que plantea que “No hay plata”. La afirmación, que se repite hasta el cansancio, se aplica de modo selectivo: no hay plata para las universidades públicas —que se encuentran al borde de la paralización por falta de presupuesto, por lo que la comunidad educativa llamó a marchar el 23 de abril contra los recortes—; no hay plata para los jubilados —que en mayo cobrarán un haber mínimo de 190.141 pesos—; tampoco para obras públicas, que desde que fueron suspendidas, al inicio de la gestión, provocaron la pérdida de 80 mil puestos de trabajo. La lista de los “no hay plata” es tan extensa como diversa y se completa con áreas como Ciencia, Cultura, Salud, Educación, Comedores y contención social, entre muchas otras.

Sí hay plata para ascensos de funcionarios. También hay fondos para comprar aviones F-16 y para los senadores, que este jueves se aprobaron un jugoso aumento de sus dietas: del 165 por ciento. Así, recibirán un sueldo superior a los 4,5 millones de pesos, cifra que —según el caso— podría elevarse a unos dos millones más, por desarraigo y gastos de representación. Por si fuera poco, ayer se conoció que en la resolución aprobada se incluyó un aguinaldo que hasta ahora no percibían.

Todas las miradas están puestas ahora en la Cámara baja, donde los diputados presionan a su titular, Martín Menem, para que se avance en el mismo sentido que el Senado. La dieta de abril rondó entre 1,4 y 1,9 millones de pesos, muy lejos de los más de 4 millones que cobrarán los senadores. En este contexto, será muy difícil contener los reclamos en medio del debate por la ley ómnibus. Los legisladores del interior, indican que les resulta muy costoso trasladarse a Buenos Aires y advierten que, por lo tanto, tendrán que recortar sus viajes.