La empresa de infraestructura tecnológica no recibió pagos comprometidos por proyectos con organismos nacionales porque el gobierno retiene los fondos. El malestar y la incertidumbre crecen entre los empleados.
Tras su privatización, la empresa de infraestructura tecnológica mendocina, IMPSA, paga sus aguinaldos en cuotas porque el gobierno de Javier Milei no le gira los fondos de proyectos que el Estado le adeuda.
Mientras el gremio denuncia demoras en el pago del retroactivo paritario y falta de insumos, ahora se suma el fraccionamiento de la primera cuota del Sueldo Anual Complementario (SAC), lo que desató un nuevo foco de conflicto en la planta ubicada en Godoy Cruz.
El consorcio estadounidense Industrial Acquisition Fund (IAF), accionista mayoritario de la compañía mendocina, notificó al personal que abonará el medio aguinaldo, correspondiente al primer semestre, en cuatro cuotas, que se liquidarán junto con los haberes de julio, agosto, septiembre y octubre.
Milei no paga
La decisión fue comunicada por correo electrónico interno. Según el mensaje enviado a los trabajadores, el fraccionamiento obedece a “la falta de ingresos provenientes de proyectos con el Estado Nacional que debían ejecutarse a fines de junio”. En esa misma línea, la empresa sostuvo que esta medida busca “preservar el normal giro de la Compañía”, en medio de un contexto financiero delicado.
“Nos piden paciencia, pero hace meses que se incumplen acuerdos paritarios y ahora ni siquiera pueden pagar el aguinaldo completo”, destacó un empleado, que pidió mantener el anonimato.

La medida se conoce en paralelo a la presentación formal del Acuerdo Preventivo Extrajudicial (APE) ante la justicia de Mendoza, con el que IMPSA —hoy controlada por el fondo estadounidense ARC Energy a través de Industrial Acquisition Fund (IAF)— procura reperfilar su deuda financiera sin entrar en concurso ni quiebra.
Malestar en la planta de IMPSA
En la comunicación interna enviada por IMPSA a su plantilla el 27 de junio, la empresa detalla: “Informamos que el SAC (1er semestre) se va a abonar en 4 cuotas iguales con los salarios de julio, agosto, septiembre y octubre. Nos vemos obligados a tomar esta medida para preservar el normal giro de la Compañía, en tanto no se han recibido los pagos previstos en varios proyectos con el Estado Nacional que debieron ejecutarse a fines de este mes”.
Los trabajadores denuncian la ausencia de inversiones prometidas tras la privatización, además de suspensiones, retiros voluntarios, recortes operativos y suspensiones de horas extra. En tal sentido, delegados de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) amenazan con posibles medidas de fuerza si no se revierte la decisión.
A esta situación se suma una creciente preocupación dentro de la propia estructura operativa. Aunque el organigrama formal está encabezado por Jorge Salcedo Hernández (presidente) y Juan Manuel Domínguez (vicepresidente), la conducción cotidiana recae casi exclusivamente en el country manager Pablo Magistocchi. Sin embargo, empleados aseguran que existe una escasa coordinación entre las distintas áreas de gestión de la histórica metalúrgica.

Reestructuración a largo plazo
Fundada en 1907, IMPSA fue símbolo de la ingeniería nacional. Desde 2010 en adelante, ingresó en una crisis que la llevó al borde la quiebra, producto de malas decisiones empresarias, causas judiciales y falta de trabajo. La familia fundadora tuvo que ceder el control de la empresa a sus acreedores, pero la situación no mejoró.
El Estado nacional y el Gobierno mendocino salieron al rescate y la capitalizaron con 20 millones de dólares y se quedaron con la mayoría de las acciones en 2021, sin lograr ponerla en pie. Con la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada, se puso en marcha el plan para reprivatizarla.
En febrero pasado fue adquirida por el fondo estadounidense ARC Energy a través del IAF, que compró el 84,9% de las acciones que pertenecían a la Nación y la Provincia. De esta manera, se convirtió en la primera -y hasta el momento única- empresa privatizada bajo la gestión libertaria.
Pasivo de IMPSA
Recientemente la exPescarmona inició la etapa judicial de la reestructuración de deuda acordada con sus acreedores. El pasivo total supera los 560 millones de dólares y la propuesta presentada busca diferir los pagos sin aplicar quitas de capital.
La clave del acuerdo pasa por los largos plazos: el capital se amortizará en nueve cuotas anuales iguales (11,11%) a partir del 31 de diciembre de 2036, y se completará recién a fines de 2044. Hasta entonces, los acreedores cobrarán intereses compensatorios del 1,5% anual sobre saldos pendientes, aunque en distintas etapas:
Hasta diciembre de 2027, los intereses se capitalizarán (no se pagan en efectivo y se suman al capital).
Entre 2028 y 2032, se pagará el 50% en efectivo y el 50% restante también se capitalizará.
Desde 2033 hasta el final del plan, todos los intereses se abonarán íntegramente en efectivo.
IMPSA ya presentó este esquema ante el Segundo Juzgado de Procesos Concursales de Mendoza y espera su homologación judicial. La empresa también se comprometió a informar a sus proveedores y bonistas sobre la evolución del APE y convocar las asambleas correspondientes.
INFOGREMIALES