¿Cuál es el futuro de la CGT dividida?

Más allá de las disputas entre el reelecto líder de la Central Obrera y el Gobierno nacional, INFOnews dialogó con el director de Investigaciones del Instituto del Mundo del Trabajo, Alberto Pepe Robles, para conocer la real dimensión de una fractura en la CGT y su costo para los trabajadores nucleados en los diferentes sindicatos.

“Hay una práctica y una mentalidad de resistencia”, sostuvo Robles sobre el rol de la Central Obrera durante los últimos gobiernos dictatoriales o neoliberales y el apoyo que Moyano supo darle al gobierno kirchnerista.

“Habiendo hoy en Sudamérica y en Argentina una cantidad de modelos que ya no son antilaborales ni antisindicales, el movimiento obrero argentino está debatiendo de manera desprolija cuál es el lugar que tiene que tomar una central en una situación así”, analizó.

“Una parte dice que hay que dejar la resistencia y ser parte protagónica de este modelo, junto a los empresarios, para consensuar las líneas globales. En cambio, otro sector opina que, sin importar el gobierno que haya, hay que reclamar por sus derechos”, sostuvo Robles para graficar la división de opiniones que llevó a que Moyano hoy haya sido reelecto, al tiempo que los antimoyanistas se preparan para las elecciones de octubre.

“La voz de los trabajadores se multiplica y eso hace que su peso sea mucho menor en las mesas de negociaciones”, sostuvo el director de Investigaciones del IMT al respecto. De todos modos, remarcó que lo que se dividió fue la central, no los sindicatos.

“No es como en otros países que hay tantos sindicatos paralelos como centrales”, explicó. Por ello, Robles, voz autorizada en materia sindical, sostuvo que la unidad se mantiene.

“Lo que se pierde es la representación de los trabajadores en las decisiones a nivel nacional”, explicó respecto de la incidencia de la fractura de la CGT.

“Claramente esta es una CGT mucho más débil que la que lideraba Moyano el año pasado”

“Moyano expresa un sindicalismo de resistencia que fue muy digno en los ’90 pero que en este momento, un sector muy grande del movimiento obrero, considera que está agotado. Ahora hay que sentarse en la mesa de negociación y ser parte del modelo, no sólo presionar”, reflexionó Robles sobre la postura del líder de Camioneros.

Respecto de la incidencia del Gobierno nacional en los trabajadores, Robles expresó que, si bien la Presidenta fue electa por el 54 por ciento de los votos, “ese porcentaje subió al 70 por ciento dentro de los trabajadores y, entre los jóvenes trabajadores, al 80 por ciento”.

Robles también se refirió a los tecnicismos de la fractura de la CGT, como quién ocupará el edificio de la Central o si el uso del logo deberá ser de Caló o Moyano.

“Eso lo va a definir la Justicia, pero no creo que por eso vaya a haber una disputa demasiado importante, no creo que a nadie le importe”, reflexionó. “Va a resolverse igual que con la CTA y la Justicia definirá cuál es legal y cuál no. Sea quien sea el que gane, creo que Moyano seguirá en el edificio de Azopardo y Caló en algún edificio externo”, opinó Robles.

Por último, el especialista en temas sindicalistas remarcó que este no es sólo un problema argentino: “Este es un debate que se está dando en toda Sudamérica con respecto a estos modelos, sobre todo en un año de crisis internacionales donde las tensiones  y las presiones son mayores”.

“Los afiliados a los sindicatos votaron por Cristina y ese es un nuevo escenario que influye muchísimo en este debate”, concluyó.

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