El ministro de Planificación afirmó que la inversión en obra pública del Gobierno, que en los últimos ocho años acumula algo más de 230 mil millones de pesos, constituye uno de los “pilares del desarrollo sustentable” del país que permitió un crecimiento promedio anual de la economía del 8%.
“Se han propiciado inversiones, que hacia fin del año en curso acumularán un monto superior a los 230 mil millones de pesos, y es así como la inversión pública consolidada alcanzó su máxima participación histórica anual de 4 por ciento en el Producto brutos Interno (PIB)”, precisó De Vido al participar esta mañana en unas jornadas organizadas por la Sindicatura General de la Nación y el Tesoro.
El ministro enfatizó que las inversiones del Estado nacional “tuvieron como principal destino atender las necesidades del pueblo argentino”.
De Vido centró su presentación en “la inversión pública y el rol de un Estado activo, presente, controlante y coordinador de la inversión pública y privada”.
Dijo que con ese objetivo, se llevaron adelante programas de inversiones en infraestructura energética por más de 60.000 millones pesos, se completaron obras viales por 55.000 millones, y se destinaron 48.000 millones a construir viviendas y escuelas.
La mayor parte de su exposición estuvo destinada a fijar los objetivos del Gobierno en materia de infraestructura e hizo un detallado informe de las obras finalizadas, las que están en ejecución y las proyectadas.
Adelantó que el próximo 29 de septiembre la presidenta Cristina Fernández de Kirchner inaugurará la central nuclear Atucha II y pondrá la piedra fundacional para la construcción del reactor de potencia Carem de 25MW, de diseño y producción nacional.
“Esta obra (por Atucha II), con 18 años de atraso en su entrega, junto con Yacyretá que tuvo un postergación de alrededor de 30 años, marcan dos hitos en el plan de concreción de obras del gobierno”, dijo el ministro.
De Vido explicó que “otro de los objetivos con que hemos desarrollado esos programas -para concretar más infraestructura- es acompañar y fomentar a la inversión privada”.
En ese sentido expresó con satisfacción que se observa “una marcada reactivación de los niveles de inversión global, pasando así el nivel total de inversión de 15 por ciento del PBI en 2003, al 25 por ciento hoy”.
Para el funcionario “la inversión pública y privada en su conjunto traccionaron el nivel de actividad y motorizaron la creación de empleo”.
“Al comienzo de la gestión de Néstor Kirchner, en mayo de 2003, el 23 por ciento de la población económicamente activa estaba desempleada, actualmente ese desempleo es de 7,3 por ciento”, dijo el ministro.
“La estrategia de una articulación permanente entre capital, trabajo y Estado permitieron un crecimiento económico sustentable que mejoró las condiciones de empleo y acumulación de reservas, y el crecimiento sostenido de la economía”, agregó.
En su presentación -ante un salón colmado- De Vido reivindicó el rol de “Estado presente” y la necesidad “imperiosa” de toda gestión de contar con “una Planificación seria, una planificación que se ejecuta, no que sólo se anuncia y un Estado rector y controlante”.
“Nos propusimos modificar el rol que el Estado debe tener en la vida de los ciudadanos y la realidad mostró que no puede ausentarse de la regulación de la vida económica, política, cultural y social de un país”. sostuvo De Vido.
De Vido abogó por un Estado “que ordene, que planifique, que sea justo y brinde toda la infraestructura necesaria para que planes de sectores, tanto públicos como privados, se puedan concretar”.
Para De Vido el control es un “complemento necesario de la gestión para retroalimentar la ejecución de programas, políticas y acciones que desarrollamos cotidianamente”.
“Por eso hemos desarrollado un programa de mejora continua de la gestión que articula la acción de los organismos de control interno y externos y permite la detección temprana de riesgos y su consiguiente corrección”, concluyó el ministro.
