La fiscal decidió ampliar la imputación contra ella porque considera que fue partícipe de todos los hechos.
Estefanía Heit abandonó el edificio de Estomba al 400, donde funciona la sede de la Fiscalía de Delitos Sexuales de Bahía Blanca a cara descubierta: se la vio ojerosa y demacrada, muy distinta de los tiempos como conductora estrella del canal de Coronel Suárez. La marcha hasta el camión que la devolvió a la comisaría de Tornquist donde está detenida fue en silencio.
También estuvo callada un rato antes, cuando se negó a declarar frente a la fiscal María Marta Corrado que le leyó la nueva imputación: la acusó de ser partícipe primario de abuso sexual (que tiene la misma pena que el autor), privación ilegal de la libertad con fines coartivos agravada por las lesiones, estafas reiteradas, y tentativa de homicidio.
A Jesús Olivera, su marido, la fiscal le imputó lo mismo pero con una diferencia sustancial: abuso sexual con acceso carnal reiterado triplemente agravado por el concurso de dos personas, por el grave daño a la salud física y por acreditarse como ministro de un culto no reconocido.
Olivera sólo rompió el silencio cuando salía de la fiscalía: “Soy inocente”, dijo con soberbia a los periodistas que hacían guardia.
