Capturan a sacerdote acusado por delitos de lesa humanidad

El cura Aldo Vara, ex capellán militar en Bahía Blanca, fue apresado ayer en Paraguay tras permanecer casi nueve meses prófugo de la justicia acusado por delitos de lesa humanidad en la última dictadura. Vara fue un asiduo visitante a los centros clandestinos de detención del V Cuerpo del Ejército.

 

El sacerdote fue hallado por Interpol en Ciudad del Este, en la zona de la Triple Frontera que comparten Paraguay, Argentina y Brasil, y trasladado a la capital, Asunción, para comenzar el proceso de extradición.

 


Vara fue capellán militar entre 1971 y 1979. En la última dictadura ocupó el cargo de capellán auxiliar, equivalente a un capitán, del Comando V Cuerpo del Ejército y del Batallón de Comunicaciones 181.

 

Los sobrevivientes de La Escuelita y del Batallón de Comunicaciones recuerdan al sacerdote vestido de sotana en los centros clandestinos de detención en contacto permanente con los detenidos-desaparecidos.

 

A partir de los testimonios de sobrevivientes de esos centros de detención, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Bahía Blanca solicitó, al emitir la condena en el primer juicio oral de esa localidad, que se investigue el rol del sacerdote. El sobreviviente José María Petersen recordó que Vara “daba una especie de contención, apoyo anímico, cigarrillos, golosinas y, cuando le relataban las torturas sufridas, permanecía en silencio como justificando el hecho”. El ex conscripto Daniel Fonti contó que el cura “tenía mucho contacto con la gente asignada a La Escuelita”. Y la ex detenida Patricia Chabat relató que cuando fue legalizada, el religioso la visitó y le “aconsejó que tenía que olvidarse de todo lo que había ocurrido en La Escuelita, pues todo era responsabilidad de sus padres”.

 

A partir del pedido del TOF se inició la investigación en la que se le imputan delitos cometidos contra más de 100 personas: privación ilegal de la libertad, torturas, homicidios y desaparición forzada.

 

Para pedir su detención, los fiscales José Nebbia y Miguel Palazzani sostuvieron que “el rol de Vara no fue el de dictar su homilía en la capilla o llevar los oficios de la institución eclesiástica al Ejército, sino, y en ejercicio de su función militar, garantizó la continuidad de la privación ilegal de la libertad y torturó psíquicamente a los cautivos dentro del centro clandestino de detención y torturas y a sus familiares fuera de él”.

El pedido fue rechazado por el juez Santiago Martínez, decisión revocada por la Cámara Federal, pero cuando en agosto de 2013 fueron a apresarlo, el cura estaba prófugo. Ayer, casi nueve meses después, la Sección Extradiciones del Departamento Interpol de la Policía Federal logró detenerlo.

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