Colgá a Falabella en tu ropero: la financiera liquida hasta los uniformes de los empleados que deja sin trabajo

La cadena de capitales chilenos no parece satisfecha con las extraordinarias ventas que logró en Rosario en estas últimas semanas. Mientras, en plena pandemia, las colas en sus puertas se multiplican, la firma puso en venta hasta los sacos y camisas que les daban a los empleados, con logo bordado incluído.

El anuncio del cierre definitivo de la sucursal de la cadena Falabella de la ciudad de Rosario puso en evidencia, la brutalidad de un sistema que prioriza el mercantilismo y el consumo por sobre la condición humana.

Descomunales colas desde las primeras horas de la mañana, hasta las últimas de la tarde, en plena pandemia, y malos tratos a los empleados, también revelaron la escasa capacidad de empatía de una parte de la sociedad rosarina con quienes, en pocos días, pasarán a formar parte del creciente ejército de desocupados. No cabe duda que, en ese marco, la multinacional de capitales chilenos fue triunfadora indiscutible. Y ese triunfo se puso de manifesto en la falta de límites con la que se manejan, rayana en el cinismo ya que, no satisfechos con las extraordinarias ganancias, también han puesto a la venta hasta el uniforme de los empleados. Y, para que no se le arruge la compra al avezado comprador, hay además, una llamativa oferta de perchas.

Las nuevas restricciones de circulación que se impusieron a fin de poner freno a los desmedidos contagios de coronavirus no han hecho mella en la multinacional , y ni siquiera así, mermaron las colas. Es por eso tal vez que, más allá de todo decoro, los titulares de la sucursal de esta ciudad decidieron vender hasta los uniformes de los empleados. Eso sí, se tomaron el trabajo de etiquetarlos como «blazer». Sin embargo, cualquiera que haya sido cliente de Falabella, sabe que esos eran los modelos que usaban los trabajadores del lugar.

Fotos y críticas sobre este accionar, inundaron las redes sociales, donde aclararon además, que los sacos tienen «hasta el bordado» con el nombre de la tienda.

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Falabella anunció el cierre definitvo de la sucursal rosrina en el mes de abril. Desde ese momento, largas filas de compradores se agolparon en los alrededores lo cual, no sólo provocó una prórroga de la fecha límite, que se extendió hasta el 12 de junio, sino que trajeran a las sucursal de esta ciudad todo el stock que no había sido vendido en el shopping porteño Unicenter.

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