El campo impone un lockout a pesar de los altos precios y la cosecha récord

 La Mesa de Enlace se ha volcado nuevamente a un lockout sobre la base de la no comercialización de granos y otros productos que comenzó ayer a las cero horas y se extendería hasta el miércoles de esta semana.

Las medidas no encuentran justificación si se observan los principales números del sector, que gozan de altos precios internacionales de la soja (al cierre de esta edición se ubicaban en 556 dólares la tonelada) y los pronósticos de una cosecha de alrededor de 50 millones de toneladas para 2013. La evolución del valor de la hectárea también es un indicador fuerte de la solvencia del sector (ver infografía). Un estudio realizado por el economistas Nicolás Zeolla de la Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche señala que la rentabilidad de los propietarios de los campos “se ha incrementado en un 260% desde la salida de la convertibilidad, resultado de la expansión de la frontera agrícola y la valorización de las tierras”. Además, asegura, el beneficio percibido por los productores de los principales granos que se cultivan en el país -trigo, soja, maíz y girasol- aumentó 7,3% desde 2007, luego de las “súper ganancia” de 82,9% que obtuvo el sector, siempre en dólares.
Otro estudio de la misma Universidad pero a cargo de Andrés Asiain recuerda que, en el primer trimestre de 2001, el precio internacional de la soja rondaba los 190 dólares por tonelada, que al cambio de la convertibilidad y con retenciones del 5 por ciento daban al productor unos 181 pesos. En la actualidad, descontando las retenciones del 35 por ciento y al cambio oficial, da un valor de 1755 pesos por tonelada. Ello implica un incremento de casi el mil por ciento en el precio que recibe el productor por tonelada mientras que los precios al consumidor aumentaron –según índices provinciales– entre 490 y 530 por ciento.
El objetivo de las entidades, entonces, pretende correjir el rumbo de la política oficial en materia macroeconómica en beneficio del sector. De lograrse, indudablemente, afectaría a otros sectores de la sociedad en favor de los sectores que ellos representan.
Sea por la vía de una reducción de las retenciones o por el velado reclamo de un ajuste del tipo de cambio en favor de la “competitividad” , los efectos sobre el resto de los sectores se transeferirían a través de una caída en la recaudación fiscal y el traslado de los precios internacionales de los productos agropecuarios en caso de una merma en las retenciones o por una pérdida del poder adquisitivo de los asalariados en el caso de que ocurra un modificación drástica del tipo de cambio que afecte el conjunto de los precios de la economía. La no comercialización de los cereales apunta a extorsionar a las autoridades con la provisión de divisas y por lo tanto a generar una suerte de profecía autocumplida en lo que hace a la devaluación.
Luis Etchevere, presidente de la Sociedad Rural Argentina, para justificar la medida aseguró que el sector aportó 69 mil millones de dólares en concepto de retenciones a la exportación en los últimos diez años. Un informe elaborado por Ernesto Mattos, del CEMOP, y que lleva el título de “Las corporaciones agrarias y la presión tributaria”, indica que el aporte realizado a las arcas del Estado por el sector representa menos de la mitad de los aportes por seguridad social que alcanzaron la cifra de 147 mil millones de dólares en el mismo período. En su análisis de la estructura tributaria el informe muestra la evolución de los aportes al fisco que realizan los diferentes sectores. En el año 2001 el mayor aporte a la recaudación fue el que se denomina impuestos “internos sobre bienes y servicios”, que representaba un 46% del total e incluye los impuestos que gravan a las bebidas, cigarrillos, energía, combustibles, IVA y otros,;impuestos al consumo que pagan los asalariados. En segundo lugar se encontraban los impuestos sobre “la renta, las utilidades y las ganancias de capital”, por ejemplo personas físicas, corporaciones y otras empresas, que para ese año representaron un 23 por ciento. Mientras que comercio exterior, básicamente derechos de exportación aportó solo un 4 por ciento.
En el transcurso del período 2001-2012, comercio exterior pasa del 4% al 11%, incrementándose sólo siete puntos, mientras que aportes y contribuciones a la Seguridad Social pasan del 18% al 26 por ciento. El informe concluye que “el sector económico que genera la mayor cantidad de divisas a través del comercio exterior es el que menos aporta a la recaudación” y que, tomando en cuenta los datos de recaudación por Impuesto a las Ganancias, el 18% de los trabajadores con altos ingresos (más de $ 8400) aportan más que los agentes que participan en el comercio exterior.  «
Presumen más comercio ilegal
Según recordó a este diario José Pierri, del CIEA, “un aspecto que todos conocen pero que pocos declaran es el alto porcentaje de comercialización ilegal, en ‘negro’, cuestión que debe ser muy tenida en cuenta al analizar el sistema, habida cuenta que aquellos productores que así lo hacen, si bien reciben el mismo precio que aquellos que venden en blanco, recibirían dólares que podrían cambiar en el mercado paralelo y/o se beneficiarían por ingresos sobre los cuales no tributan Impuestos a las Ganancias. En el mismo sentido,  aquellos eventuales exportadores en ‘negro’, comprarían granos a precios con retenciones deducidas  y percibirían el precio ‘lleno’ de la exportación y, eventualmente, podrían transformarlo en moneda nacional en el mercado ilegal de divisas”, remató.
Separar la paja del trigo (o la carne y la leche, de la soja)
La Mesa de Enlace ha tenido la capacidad de agrupar en su seno y en forma homogénea a sectores que tienen realidades diferentes e intereses heterogéneos. Por ese motivo, desde la cartera de Agricultura a cargo del ministro Norberto Yauhar, el gobierno ha intentado convocar a reuniones sectoriales que fueron rechazadas por las entidades que agrupan a los empresarios del campo según tamaño de explotación, modalidad y sector productivo, y que se han aferrado al reclamo de una reunión en común con todas las entidades.
Un sector paradigmático del campo argentino, por ejemplo, ha sido el del ganado bovino que efectivamente ha sufrido en carne propia el aumento del precio de la tierra que acompañó a la  soja en el último período y de la fuerte sequía de 2008 y 2009 que, según datos oficiales, redujo en alrededor de 10 millones la existencia de ganado en pie que hoy se estima en 51,4 milllones de cabezas.
Según datos del Ministerio de Agricultura y Ganadería, el sector sufrió una reducción muy sensible de la faena de ganado de 2009 a esta parte que se trasladó fuertemente a los niveles de exportación. En aquel año se faenaron más de 16 millones de cabezas que se plasmaron en una producción de 3,4 millones de toneladas de las cuales se exportó un 19,6 por ciento. A partir de allí se produjo un derrumbe que llevó la faena en 2011 a 10,8 millones de reses y una producción de 2,5 millones de toneladas con apenas un 10% de exportación. En 2012, según informaron autoridades oficiales, la producción siguió descendiendo y en particular la exportación que llegó a apenas un 7% del total, muy lejos del pico del 24,5 por ciento registrada en 2005 sobre una faena de 14,4 millones de cabezas. Las autoridades han tomado nota de este sector y, según aseguraron, ya han comenzado las medidas que, según pronostican, elevarán la producción un 5% para este año, llevándola a las 2,75 toneladas anuales.  Otro sector que merece un tratamiento especial es el de la leche en el que, efectivamente, la complejidad de la cadena de distribución impone a los pequeños productores vender el litro de leche hasta siete veces por abajo del valor de las góndolas de los grandes supermercados. En este caso, gran parte del problema surge de la intermediación que se lleva la parte del león. La estructura del sector para 2011 mostraba que los tambos que procesaban menos de 3 mil litros por día, que son el 84% del total, producen el 56% de la leche; en tanto, los que procesan más de 3 mil litros por día y que son el 16% restante, explican el 44% de la producción de leche.
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