Cuáles son las sospechas y hacia dónde se dirige la investigación. El análisis de referentes locales del Frente de Todos. La derecha, desorientada ante el cambio social. Los folletos arrojados en el lugar volvieron a aparecer al día siguiente en una marcha anticuarentena.
Por Patricia Chaina
30 de mayo de 2021
. Imagen: Leandro Teysseire
Desde Bahía Blanca
El estruendo provocado por la explosión de la bomba, colocada a las 3 de la mañana en la ventana de la vieja casona donde funciona el Ateneo Néstor Kirchner en Bahía Blanca, se escuchó a cincuenta cuadras a la redonda. El impacto rompió los vidrios de las ventanas de los departamentos, incluso de los pisos más altos de los edificios cercanos al local ubicado en la esquina de Beruti y Donado, en el macrocentro de la ciudad.
Para los bahienses, el atentado, ocurrido el 25 de mayo, habla de un vínculo con la violencia que ya hace tiempo no forma parte de la construcción democrática de esta sociedad. “Pero dentro de un contexto de violencia verbal, generalizada, que acompaña a la situación de pandemia que hoy divide a la Argentina, esto expresa a grupos minoritarios que pasan de la palabra a los hechos, incentivados por quienes intentan inocular odio, cuando deberíamos estar todos tratando de salvar la situación” señala a Página/12 Federico Susbielles, referente bahiense del Frente de Todos.
“En la discusión política democrática, estos espacios que van perdiendo peso en la sociedad –explica Susbielles–, y buscan maneras de manifestarse, al pasar de las palabras a los hechos”. Sin embargo, en la respuesta de la ciudad, en “el abrazo que recibimos como sociedad”, apunta el ex candidato a intendente, hay una evolución que no pasa desapercibida: “Hay una dirigencia que sostiene la construcción democrática que hemos conseguido. Bahía Blanca ya no es la misma de treinta años atrás –puntualiza–, por eso hay que dejar que la justicia actúe, y se expida de la manera más rápida posible”.