El gobierno no solo tiene el derecho de controlar precios, tiene la obligación de hacerlo

El escándalo estalló por la suspensión de las exportaciones de carne durante un mes para frenar el aumento del costo de vida por la suba en los alimentos. El sector de la exportación de carnes es una de las vías mas escandalosas de evasión fiscal y fuga de divisas de nuestra economía. Solamente el último año los exportadores de carne evadieron y subfacturaron más de 300 millones de dólares. Con esos fondos se cubrirían más de dos meses de planes sociales, y estamos hablando de uno de los sectores productores de commodities que menos exporta de nuestra economía, apenas el 3,5 % de las exportaciones totales. Sin embargo, el poder de lobby de la Mesa de Enlace, que nada ha dicho nunca de la subfacturación de las ventas de carne al exterior, es tan grande que se permiten instalar en la opinión pública, a través de los medios de comunicación que controlan, que la medida del gobierno es catastrófica para nuestra economía.

UNA VERDAD A MEDIAS ES UNA MENTIRA

Si prendemos la tele en cualquier programa donde los ‘especialistas’ del establishment nos explican el porqué de la inflación, todos, con vos neutra y expresión de expertos nos dirán más o menos algo así: “Los economistas pensamos que el gobierno tiene déficit fiscal y lo financia principalmente con emisión del Banco Central, eso se traslada al tipo de cambio y empieza  un mecanismo de transmisión de precios, que se retroalimenta a través del dólar”, y el resto de los contertulios pone cara de estar presenciando una sentencia que debería ser considerada  el onceavo mandamiento y aplauden consintiendo. Y esto es una verdad a medias, o sea una mentira, porque deberían completar la frase diciendo que la emisión se va a las divisas porque termina en manos de los grupos concentrados de la economía que acaparan vía control de las cadenas de comercialización, dichas emisiones para fugarlas.

Y en la misma frase esta expresado el verdadero problema, del que ellos no hablan y que se divide en dos partes, a saber

  • Nuestro país, en contrario a lo que afirman, es uno de los países del mundo donde los ricos pagan menos impuestos, y no lo dice el escriba, lo dice, entre otros, la canciller alemana Ángela Merkel, entonces si no alcanza la recaudación, por razones obvias, el gobierno tiene que pedir préstamos a los usureros internacionales y/o al Banco Central (emitir). Y esto sin hablar del 40% de la economía en negro (informal) como les gusta a ellos que se la llame. Ni de la criminal subfacturación de nuestras exportaciones, que todos los días se descubren y que el gobierno sanciona con no mucho más que un chas chas en la cola y a la cama sin postre.
  • “eso se traslada al tipo de cambio y empieza un mecanismo de transmisión de precios, que se retroalimenta a través del dólar”, Esto revela otra verdad, que ellos no mencionan, que de tan obvia abochorna decirla y es que la emisión que hace el gobierno, por la inequitativa distribución de la riqueza, termina siempre en manos de los poderes concentrados de la economía, que los transforman en divisas y los fugan del país. O sea, la culpa no la tiene el gobierno que emite sino los destinatarios finales de esa emisión que – repetimos- la transforman en divisas y la fugan. Entonces queda más que claro que ellos son quienes provocan el problema que ellos mismos revelan.

¿Eso se puede cambiar? Obviamente que se puede cambiar, pero hemos pensado en abordar el tema, no desde el lado ideológico, para evitar que doña Tota se anticipe a salir a cacerolear “en defensa de la democracia y la libertad de mercado” (SIC) sino desde el mismo lado donde están los principios a los que ellos dicen adherir, principios que la gran mayoría desconoce y que quienes si conocen los ocultan, porque definitivamente revelan su insoportable miseria moral.

LA SUBA DE PRECIOS SIN CONTROL ES UN VICIO DE LA ECONOMÍA, NO UN JUEGO DE LA LIBRE COMPETENCIA

Vamos a abordar el tema desde un ángulo no habitual, para evitar discusiones bizantinas.  No lo vamos a plantear como un conflicto ideológico entre capitalismo y socialismo, sino que vamos a pensarlo desde la fuente original del pensamiento liberal, desde los conceptos del intelectual que imaginó la forma de organización económica que compartimos, uno de los más mencionados y menos leídos de los intelectuales de nuestra era, Adam Smith. De modo tal que evitaremos que los asalariados de los intereses que provocan la situación que estamos viviendo puedan entramparnos en el universo de las chicanas y de los temores de los sectores sociales domesticados que tienen pánico a todo lo que huela a lo que no sea “libre competencia”

Primero digamos que Smith no era economista sino, entre otras cosas un moralista, o en todo caso en honor a su tiempo, un polihistor[i]. El propuso que, en la sociedad que emergía a partir de la revolución industrial, si todos los nuevos actores económicos productores de bienes competían con sus pares, el conjunto social se beneficiaría doblemente, primero porque para vender sus productos tenían que hacerlos mejores que sus concurrentes y segundo porque debían ofrecerlos al menor precio posible.

Pero, advirtió Smith, algo que pocos mencionan: “hay que tener cuidado, porque los industriales cuando se juntan no lo hacen para imaginar formas de abaratar sus precios, sino que, por el contrario, buscan complotarse para subirlos artificialmente”[ii]. (SIC). Y de esta forma todos los beneficios desaparecen en un instante y el cielo se transforma en infierno.

 

 

Era absolutamente comprensible el optimismo de Smith respecto que esta forma de organización social resolvería todos los problemas. Entre otras cosas porque todas las unidades productivas eran pequeñas, lejos, muy lejos de imaginarse como evolucionaría el capitalismo liberal, con sus grandes conglomerados financieros que individualmente reúnen riquezas mayores a las de muchos países. El eje de su propuesta era el respeto a ultranza de la competencia, para garantizar la generalización del beneficio social emergente de los precios más bajos posibles, de todos los bienes transados. Algo que definitivamente ha quedado fuera de la economía actual.

 

¿DE QUE LIBRE MERCADO HABLAN?  ¿QUE PRECIOS FORMA USTED COMO CONSUMIDOR?

Saltemos tres siglos, Ud. se levanta a la mañana y desayuna, sale de su casa y sube al colectivo o a la moto o al auto y se dirige al trabajo, por el cual recibe un sueldo a fin de mes. Ahora piense en lo que consumió en las últimas 24 horas: energía eléctrica, combustible, alimentos en general, aceite, azúcar, carne, arroz, fideos y el resto de cosas que Ud. quiera agregar. Ud. piensa, como todos, ¡cómo han subido de precio la cosas!, y entonces en un rapto de coraje cívico decide seguir el consejo de Smith y resuelve que dejara de consumir los productos que han subido de precio últimamente, para que, al caer la demanda y por consecuencia de la competencia, bajen los precios.

Durante una semana (digamos) se abstiene de comprar, hasta que finalmente harto de caminar y pasar hambre, resuelve ir al super a ver el resultado de su acción.  Y se encuentra con que todos los precios siguen igual, que ninguno bajó, incluso muchos volvieron a subir ¿sabe por qué? Porque Ud. no forma ningún precio, estos le son impuestos por acuerdos de productores y/o cadenas de comercialización monopólicos u oligopólicos que han concentrado la intermediación de los bienes a los que usted accede y le ponen el precio a lo que Ud. compra, independientemente de que lo haga o no. O sea, el infierno tan temido que nos anticipaban las pesadillas de Smith se concretó. Ya no existe competencia, todos los productos que todos consumimos están cartelizados y maximizados, cualquiera sea su costo de producción. Lo mismo pasa con su retribución, que es acordada por acuerdos entre patronales mezquinas y obesos representantes gremiales que negocian su suerte salarial. No emitimos juicios de valor acerca de esta forma de organización social, solo tratamos de desentrañar su funcionamiento.

“LES HABLO CON EL CORAZÓN Y ME RESPONDEN CON EL BOLSILLO”

Recuerdo vívidamente cuando don Raúl lanzó esta queja al establishment económico, reclamo equivalente al pedido de don Alberto, que días pasados les pedía a los empresarios poderosos que controlan los precios de la economía, que en vez de pensar en ganar lo máximo posible, se conformen con ganar menos, en razón del interés de la sociedad de capear la crisis. ¿Cuál fue la respuesta? Esta esta semana está en casi todos los diarios: “mientras la sociedad se desangra en la segunda oleada COVID que impacta duramente en la salud y la economía sumergiendo millones de argentinos en la pobreza y la miseria, las grandes compañías alimenticias aumentaron sus ganancias hasta un 600%.  Molinos, Arcor y Ledesma en el último año han obtenido ganancias récords en su historia”

SI LOS PRECIOS SE INFLAN ARTIFICIALMENTE POR LA CONCENTRACIÓN ECONÓMICA ¿EL ESTADO NO DEBE INTERVENIR?

Recordemos lo que decía don Adam hace tres siglos: “hay que tener cuidado, porque los industriales cuando se juntan no lo hacen para imaginar formas de abaratar sus precios, sino que, por el contrario, buscan complotarse para subirlos artificialmente”.

Respetando la idea que inicial de esta nota que no vamos a proponer la revolución socialista, porque nuestro interés en este artículo no está en asonadas libertarias, sino en que se comprenda lo que está pasando, y lo que está pasando es ni más ni menos que el devenir esperable del modo de organización social que compartimos, porque la naturaleza de la actividad económica está en la obtención de ganancias, y no cualquier nivel de ganancias, sino el máximo nivel de ganancias posible, siempre, en el mejor de los casos dentro del marco legal que establecen las autoridades del momento, so pena de desaparecer del mercado devorado por trust económicos más poderosos. Ud. no le puede pedir a un empresario que “gane menos” (SIC) porque es como que si dejara un cuadril en la cucha del perro y pretenda que no se lo coma. Iría contra su naturaleza no hacerlo. Lo que si puede intentar es entrenar al perro para que no lo coma mostrándole que será sancionado si lo hace, y/o aislándolo de la carne para que no acceda a ella.

A esta altura del debate, como Ud. ya probó el método de rebelarse en solitario y no le funcionó, pienso que ya conoce el camino a seguir: la que le queda es que el Estado, que nos representa a todos, ponga reglas estrictas y sanciones para aquellos que suben los precios mucho más allá de sus costos y de una ganancia razonable, a costo de que la economía explote, como parece que está ocurriendo hoy

DOÑA TOTA:  ¡¡DEFENDAMOS LA PROPIEDAD PRIVADA!!

Si el gobierno actúa como pensamos que tiene que hacerlo, porque es la única forma de poner remedio a esta situación, es probable que la veamos nuevamente a doña Tota buscando en el cajón de las ollas, la tapa que usa para defender, a golpes de cucharon, los valores occidentales y cristianos y por sobre todo la sacrosanta competencia, atacada una vez más por esta conjunción de kirchnerocomunistas (SIC) que nos gobiernan.

Y si, es cada vez más evidente que hay una enorme grieta cultural, porque los medios que son controlados férreamente por el monopolio de Clarín, pondrán todos sus amanuenses a patalear en defensa de la libertad de comercio (SIC). Mientras le suben las tarifas del celular y la tele el porcentaje que se les ocurra, incumpliendo leyes.

La misma doña Tota que dice que “yo de economía no entiendo nada ni me interesa” sencillamente porque cuando prende la tele y escucha, los ‘economistas’ del establishment lo hacen con un lenguaje inentendible, lleno de palabras en otros idiomas o modismos rebuscados que tienen exactamente ese objetivo: que doña Tota no entienda. Porque si todas las doñas totas del país no entendemos, concluimos que no nos interesa la economía, y no nos metemos en el tema, ellos, el establishment, que maneja los medios de comunicación la convencen de que: “estos comunistas que nos gobiernas quieren intervenir en la economía para impedir la libre competencia y llevarnos al marxismo

CONCLUSIÓN

Si adoptásemos como sociedad los principios que impulsa el neoliberalismo, que en nuestro país representan las fuerzas aglutinadas en el Frente de Juntos por el Cambio, se terminaría con la educación pública, la salud pública, los planes sociales, se privatizaría la seguridad, etc. Entonces le preguntó ¿Ud. esta en condiciones de vivir en un barrio privado con seguridad privada? ¿de pagar una obra social que cubra con niveles de excelencia sus problemas de salud? ¿De enviar sus hijos a un colegio privado y luego a una universidad ídem, donde le impartan la mejor educación, como, por ejemplo, hoy imparten las Universidades nacionales? ¿Cuándo tenga que salir de la seguridad de su gueto, tiene un vehículo blindado varios de custodia que lo sigan y protejan? No se Ud. por mi parte no puedo, y no creo que sea un despropósito pensar que el 99% de los argentinos tampoco. Entonces mi amigo déjese de jorobar, Ud. necesita tanto como yo que el Estado cubra estas funciones. Y también que nos proteja de los grupos concentrados de la economía que fijan sus precios a voluntad, mas allá de costos y niveles de utilidades razonables, para luego de hacerse todo el efectivo de la economía fugarlo, provocando una nueva devaluación y que arranque todo de nuevo.

 

[i] Una persona con amplios conocimientos en diferentes campos, enciclopedista. El término “polyhistoric” se refiere al término “hombre del renacimiento”. Un hombre erudito en todos los campos del saber, categoría que hoy sería imposible de poseer por el enorme desarrollo de la ciencia en la actualidad.

[ii] ADAM SMITH, su obra cumbre “An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations” conocido en español como: La riqueza de Las Naciones

FUENTE :DIARIO JUNIO DIGITAL

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