La discusión paritaria entre la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y las cámaras empresariales ingresó en una zona complicada en cuanto a la resolución. No hay acuerdo, hay paro y el Ministerio de Trabajó declaró una conciliación obligatoria que comenzó en la tarde de este viernes. La patronal acusa al gremio que conduce Abel Furlán de reclamar un aumento salarial “desproporcionado”. El pedido del sindicato –que incluye julio, agosto y septiembre– se limita a un 30 por ciento dividido en este trimestre y acumulativo, más una suma fija que asciende a 60 mil pesos. En un contexto inflacionario, pero al mismo tiempo de mejoras en la producción metalúrgica, para el sindicato está más que claro que lo que está en disputa no es un aumento de sueldo, sino el disciplinamiento de la UOM al grupo que ordena el comportamiento del resto de las firmas que integran las distinas cámaras empresarias: Techint.

Toda discusión paritaria incluye tensión, desconfianzas, resquemores más o menos históricos, pero la resolución se corporiza cuando hay voluntad política de las partes. Esto es lo que la UOM señala y advierte al afirmar que en la media docena de reuniones que se vienen realizando, la patronal prácticamente no hizo ofertas.

El gremio lo tiene más que claro: la ausencia de ofertas tiene un solo responsable y no es otro que el grupo que lidera Paolo Rocca. Es por eso que el martes pasado, cuando se realizó el primer paro nacional de 24 horas, se movilizaron hasta el edificio del Grupo Techint en Puerto Madero.

El primer paro tuvo un alto acatamiento y el de 48 horas –que se inició este jueves– ya comenzó a mostrar efectos en la producción. Techint, según trascendió, presionó al ministerio que conduce Kelly Olmos para que dicte la conciliación. De todas formas la ministra dejó correr un día más de negociación antes de tomar una decisión. El Ministerio dijo que “resulta necesario disponer las medidas pertinentes para promover una solución pacífica y legal al conflicto planteado”.

Pero antes fueron 12 horas de negociaciones que no llegaron a ningún acuerdo. Así, la conciliación comenzó a efectivizarse a las 17 de este viernes y durará seis días hábiles. De todas formas el paro de 48 horas terminó aplicándose. Esto golpea a las empresas más chicas y podría quebrar la unidad que fuerza e impulsa Techint.

“Techint apuesta al cansancio y al desgaste”, había afirmado Furlán a este diario hace una semana en relación a lo que pretendía el gigante metalúrgico al impedir un avance en las negociaciones. “Naturalizar salarios de hambre”, agregó el secretario general de la UOM para señalar cuál es el objetivo final y que ahora, con la ausencia de una posible resolución, cobra fuerza la idea de que lo que se pretende es doblegar al gremio.

Acá entra a jugar otro elemento que en el gremio ya tienen en cuenta. La complicada negociación paritaria se realiza en tiempo de campaña electoral y eso impacta en la resolución de la discusión salarial. “Ellos también juegan a la política”, dicen en el gremio. La UOM es un sindicato histórico y poderoso. El intento de “disciplinamiento” en medio de un proceso electoral tiene mucho que ver con la disputa del poder.

Las cámaras empresarias emitieron un comunicado poco antes de que se dictara la conciliación que pedían por debajo de la mesa. Ahí dijeron que pretenden llegar a un acuerdo “justo y posible”. Niegan que no hayan realizado alguna oferta, incluso sostienen que hubo contrapropuestas a lo que reclamaba la UOM, pero en ningún momento dan cuenta de qué significaban sus ofertas.

Así las cosas y por disposición del Ministerio de Trabajo, el lunes a partir de las 11 retomarán las conversaciones. Será con un grupo de cámaras empresarias. El martes se realizará otra con el resto de las organizaciones patronales.