En vísperas de la movilización de trabajadores de la economía popular por San Cayetano, el obispo de San Isidro le hizo un guiño a la UTEP

El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) y obispo de San Isidro, monseñor Oscar Vicente Ojea, envió un mensaje a los fieles para la celebración de San Cayetano: “Pidámosle a San Cayetano que podamos entendernos empresarios, trabajadores –todo tipo de trabajadores– trabajadores de la economía popular y tantos hermanos y hermanas nuestros que están desocupados”, apuntó el religioso.

 

El discurso llega al día siguiente en que trascendió el otorgamiento de la personería social por parte del Ministerio de Trabajo a la UTEP, que concentra a unos 6 millones de trabajadores y trabajadoras de la economía popular. La organización pugna por su ingreso a la principal central obrera hace años y su conformación en gremio le da un espaldarazo de legalidad en ese sentido. El apoyo de la Iglesia Católica a las y los trabajadores de la economía popular organizados sumó legitimidad para llegar hasta este punto.

“Celebramos nuevamente este 7 de agosto a San Cayetano, patrono del pan y del trabajo. El trabajo es una realidad que hace a la dignidad más profunda del ser humano, es imitar a Dios que crea”, comenzó diciendo Ojea en un videomensaje difundido hoy.

El presidente de la CEA recordó que “Dios crea para nosotros el mundo y nos pide que lo cuidemos y que lo hagamos avanzar; por eso en el trabajo está la vocación más noble del hombre y su suprema dignidad, pero hoy esta dignidad está herida. Es una dignidad herida porque tenemos enormes problemas de desocupación, de pérdidas de trabajo, de angustias”.

“Esa sensación de estar desamparados, fuera de todo, en el mundo del afuera, en el mundo de la exclusión, sin pertenencia, sintiéndose poco dignos con respecto a la propia familia; por eso es sagrado el trabajo, hace a la dignidad humana y a la pertenencia a una comunidad”, agregó.

En ese sentido, expresó “¡Qué hablar cuando el trabajo es mal remunerado!” y señaló que “allí no se trabaja solo ya con el sudor de la frente sino también con el sudor del corazón”.

El titular del episcopado lamentó que “en tantos sentidos tenemos herida esta dignidad del trabajo».

«La angustia de perder los trabajos también va generando que este año más que nunca pongamos delante a este intercesor San Cayetano para que cuide en nosotros el trabajo”, exhortó el obispo.

Y añadió: “Tenemos que pedirle a San Cayetano por las fuentes del trabajo y por la capacidad de que el país pueda unirse en torno a esta realidad donde cada uno pueda aportar lo mejor de sí”.

Al respecto Ojea hizo referencia a que “hay trabajos informales, trabajos que los realizan la inmensa cantidad de hermanos y hermanas de la economía popular: el reciclado, el cartoneo, los vendedores ambulantes, las pequeñas manufacturas, ciertas obras de artesanía, tantas cosas, tantas búsquedas de trabajo para poder ganarse la vida de cualquier manera porque estamos en una situación casi desesperante en algunos puntos”.

“Pidámosle a San Cayetano, el santo del pan y del trabajo, que mire una vez más nuestra Argentina, que considere la enorme necesidad que tenemos de salir a flote a través del trabajo para todos, que podamos entendernos en este punto empresarios, trabajadores -todo tipo de trabajadores- trabajadores de la economía popular y tantos hermanos y hermanas nuestros que están desocupados”, apuntó el religioso.

Ojea concluyó su mensaje pidiendo «que Dios los bendiga y que San Cayetano les dé fortaleza y esperanza para que el Señor nos regale trabajo”.

Los devotos de San Cayetano podrán venerar su imagen mañana en el atrio del templo del barrio porteño de Liniers, en Cuzco 150, al aire libre y cumpliendo las medidas sanitarias por la pandemia de coronavirus, ya que la iglesia permanecerá cerrada.

Para evitar el amontonamiento de fieles, el rector del santuario de San Cayetano, padre Lucas Arguimbau, los invitó a “cumplir tu promesa cualquier día del mes”, en un año que volverá a ser atípico para la multitudinaria celebración debido a las restricciones por la pandemia.

En tanto, las misas del día 7 se emitirán, -incluso la central, celebrada por el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli a las 11-, a través del Canal Orbe 21 y las cuentas de Facebook (San Cayetano Liniers) y de Youtube (Santuario San Cayetano).

 

 

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