Nacionales

Espaldarazo de la UIA al modelo económico del gobierno nacional


Los empresarios y la visión del país
El titular de los industriales, José de Mendiguren, reconoció que la entidad está apostando a un proyecto de mediano y largo plazo que implica la continuidad del proyecto con Cristina Fernández de Kirchner al frente del Poder Ejecutivo.

Estuvimos con ella en México e Italia y tuvimos misiones comerciales muy importantes que no son para cuatro meses sino para un proyecto de Argentina a largo plazo”. Con esta frase, el titular de la Unión Industrial Argentina, José Ignacio de Mendiguren, dio ayer un apoyo al modelo económico y se refirió explícitamente a la continuidad de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner después de 2011. De Mendiguren formuló estas declaraciones, al término de un almuerzo que los principales popes de la UIA mantuvieron con el gabinete en pleno del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli (ver recuadro). Pese a que la UIA también recibió la semana pasada al candidato Ricardo Alfonsín, presidente de la alianza UCR-De Narváez, las declaraciones de De Mendiguren reflejan el convencimiento de la dirigencia industrial de que, salvo que se produzca una catástrofe política, luego de las elecciones nacionales continuará gobernando el kirchnerismo encabezado por Cristina. La semana pasada, durante el viaje oficial de la mandataria por Italia, De Mendiguren ya había mostrado su apoyo irrestricto al modelo cuando recordó que “ningún país europeo tiene los indicadores macroeconómicos que muestra la Argentina”.  Sin embargo, más allá de algunas observaciones en materia económica y de las simpatías políticas de cada uno, existe “consenso” entre los miembros del Consejo Directivo de la UIA de que es necesario continuar con el proyecto económico.
“Nosotros apoyamos 100% el modelo y el manejo del modelo en un 95%”, explicó a Tiempo Argentino Juan Carlos Sacco, el vicepresidente 3º de la UIA.
Por su parte, Alberto Sellaro, titular de la Cámara del Calzado e integrante de la UIA fue aun más explícito: “Cristina, como dicen los chicos, va a ganar la carrera sin pegar, y se va a mantener el modelo económico.” Por otras razones, las multinacionales coinciden con esta interpretación. En las reuniones que los principales ejecutivos de las filiales locales de las automotrices mantuvieron con la ministra de Industria Débora Giorgi y el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, el número uno de General Motors en la Argentina, el brasileño Sergio Rocha, en medio de la pelea con los autos con Brasil, dijo sin eufemismos: “Tengo puesta la camiseta argentina”. Sin embargo, más allá de las palabras y las expresiones de buena voluntad, en el gobierno creen que existen razones fácticas que explican el romance de los empresarios con el gobierno. “Ellos pueden discernir con algunas políticas, pero el modelo los ha cooptado”, asegura un funcionario cercano a Giorgi. Cada vez son más los proyectos empresariales que se encuentran íntimamente asociados a la continuidad de las actuales condiciones políticas y económicas, y cuyo crecimiento ingresaría en una zona borrascosa o directamente peligrarían si se produjera un cambio abrupto en las condiciones económicas objetivas.
En el caso del segmento automotriz-autopartista esta situación salta a la vista. La venta y producción de coches viene mejorando año tras año a tasas superiores al 20%. En 2011 las ventas de las concesionarias podrían alcanzar los 800 mil 0km, y la producción automotriz superará con creces las 700 mil unidades. A su vez este segmento es el gran responsable de la mejora del sector fabril en su conjunto, por su peso propio y por el efecto “cascada” sobre otros sectores claves. Pero el sostenimiento del sector automotriz está asociado al fuerte consumo de la clase media, a la continuidad del empleo y al tipo de cambio competitivo (baluartes centrales del modelo), porque además de las ventas internas más del 80% de los autos que se fabrican en el país se exportan a Brasil. Las multinacionales entendieron esta situación. Por eso, ante las advertencias del gobierno, los ejecutivos de las nueve empresas que están radicadas en la Argentina (fabricando o importando coches) acordaron un agresivo plan de exportaciones para revertir su balanza comercial deficitaria de U$S 6000 millones y se comprometieron a obtener un superávit de U$S 1250 millones en tan sólo un año. Además, una revalorización abrupta del tipo de cambio no sólo pondría en duda la continuidad del auge automotriz, sino que, lisa y llanamente, destruiría a algunos sectores como el calzado, el juguete, los textiles, que además de generar riqueza son intensivos en la utilización de mano de obra. “En 2001 fabricabamos 36 millones de pares de zapatos e importábamos más de 86 millones. Hoy producimos 115 millones de pares e importamos 20 millones. Hoy se trabaja y se tiene previsibilidad para invertir. Este es el camino”, señala Sellaro. Por último, hay un dato insoslayable: de acuerdo al último informe del Instituto Argentino del Mercado de Capitales, las ganancias de las empresas que cotizan en Bolsa subieron en el primer trimestre del año un 41,3%, hasta alcanzar los $ 7346 millones, el nivel más importante desde  2003. Por miedo, por historia y, fundamentalmente, por rentabilidad, los empresarios de la UIA, apuestan sus fichas a la continuidad.

Acerca del autor

Radio Gremial

A %d blogueros les gusta esto: