“La alianza del sindicalismo opositor no tiene futuro”

 

RECALDE
El diputado del Frente para la Victoria Héctor Recalde dialogó con Tiempo Argentino sobre el contenido que dejó la medida de fuerza que el jueves último paralizó buena parte del país, bajo el rol protagónico de una alianza de sectores sindicales opositores liderados por Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, y una participación activa de organizaciones sociales y partidos de izquierda.
 
Dijo que todo paro es por definición un hecho político, pero que la huelga fue resuelta por dirigentes que “tiene pertenencia política partidaria” en sectores de la oposición. “Eso consustancia las motivaciones del paro, por eso hay una disparidad entre la realidad y las reivindicaciones. También hay que decir que incluso muchos de ellos fueron candidatos y la ciudadanía no los apoyó cuando se presentaron a elecciones”, explicó el legislador de extracción sindical.
–Como conocedor del paño sindical y no ya como legislador, ¿qué lectura hace del paro del jueves?
–En primer lugar quiero reivindicar el derecho de huelga, un derecho constitucional del cual soy un férreo defensor y nuestro gobierno lo respetó siempre. Ahora bien, los objetivos del paro verdaderamente no tienen envergadura frente a la realidad. Tal vez lo planificaron pensando hace 30 o 60 días, cuando largaron la fecha, que el dólar se iba espantar, que iba a haber hiperinflación y que se debilitara el gobierno de Cristina. Pero se equivocaron si ese era el análisis. La realidad es que nada de esto pasó, del dólar casi ni se habla. Y de los temas generales, como por ejemplo, la inseguridad, no se resuelven con un paro, el narcotráfico tampoco. En relación a la situación de los jubilados, otro de los planteos, hay una fórmula jubilatoria votada por ley. Cuando uno analiza cómo evolucionó el poder adquisitivo del haber jubilatorio con relación a cualquier índice que usted tome, incluso el de la peor de las consultoras en materia de sustancia técnica con las que realiza el informe y el enorme grado de oposición, siempre es menor al reajuste de los jubilados. En todo caso, si quieren discutir la fórmula, como tienen pertenencia a partidos opositores, que presenten un proyecto de ley modificando la movilidad jubilatoria.
–¿Y el reclamo de la inflación?
–Está provocada por el aumento irrazonable de precios, las corridas cambiarias. Si se hubieran sumado a todos aquellos que armaron un Cabildo Abierto para apoyar el cuidado de los precios, en el sentido de que las empresas que firmaron el acuerdo no lo violen, eso hubiera sido importante. Además, aportarían al análisis de la cadena de valor para evitar que las puntas sean siempre las perjudicadas, o sea, el productor y el consumidor. En relación al impuesto a las Ganancias, yo también tengo presentado un proyecto que eleva el mínimo no imponible, cambiando las alícuotas, por supuesto no quiero desfinanciar al Estado y propongo que se grave la renta financiera, la actividad minera, los juegos, que paguen inclusive los jueces. Capitanich fue muy claro: “Las propuestas se van a discutir en el Parlamento, veamos todos los proyectos y en base a eso discutamos.” En relación a las paritarias, dijeron que el techo era del 22%, es más, lo repitieron hasta el cansancio, incluso lo siguen diciendo ahora frente a una realidad que muestra lo contrario. Hubo convenios que se firmaron al 35% y otros de 26%, y en el medio varios porcentajes, 27, 29 o 30. O sea, no hay techo para las paritarias.
–O sea, para usted fue un paro motivado políticamente. 
–Yo siempre me negué a la calificación de “político” acerca de un paro, porque político es todo. Distinto es un paro político a uno resuelto por dirigentes que, como en este caso, tienen pertenencia política partidaria en sectores de la oposición. Eso consustancia las motivaciones del paro, por eso hay una disparidad entre la realidad y las reivindicaciones. También hay que decir que incluso muchos de ellos fueron candidatos y la ciudadanía no los apoyó cuando se presentaron a elecciones.
–Se refiere a las listas que apadrinaron Moyano y Barrionuevo en las legislativas del año pasado.
–Yo no hago nombres propios, en eso soy enfático. Hago una descripción objetiva de la realidad, cada uno asume lo que le toca. Ahora, me parece que es un momento de reflexión por las alianzas que se dieron, porque no contribuyen a mejorar la situación de los trabajadores. Este paro en nada modifica la situación de los trabajadores, no consigue ningún rédito. Lo importante sería que las paritarias sigan siendo libres, que cada uno discuta las condiciones de trabajo y de salario.
–¿Hay en las motivaciones del sector que encaró el paro una estrategia de acumular políticamente para marcar la cancha de una futura unidad sindical?
–Para mí la unidad del movimiento obrero es un valor en sí mismo, hay que diferenciar entre los dirigentes, que son los que están divididos, y no los trabajadores. Cuando hay un conflicto por un despido o una reivindicación los trabajadores están siempre unidos. Si usted me pregunta si veo cercana la unidad, diría que la veo muy lejana. Así que si uno pretende con esto tratar de marcar la cancha y llevar agua hacia una interna sindical, se equivoca.
–¿Hay un giro hacia un sindicalismo de corte neoliberal, viendo algunas de las caras que estaban el jueves en la CGT?
–Lo que pasa es que hay una extraña conjunción de “Museta y de Mimí”, como dice el tango. ¿Por qué digo esto? No solamente por los apoyos explícitos que vienen de la patronal agropecuaria, sino también por aquellos que dijeron que están en contra de los bloqueos, que no participan, cuando en realidad es una mise-en-scène: se regodean frotándose las manos, esperando que fuera eso de debilitar al gobierno. No solamente por derecha, la participación de los grupos de ultraizquierda con los piquetes demuestra que no es auténtico lo que pasó, es una serie de expresiones diversas de la sociedad que concurrieron por motivos distintos, con un solo común denominador, que es condicionar al gobierno, para ser suaves, por no decir desestabilizarlo. Porque muchos de los que participaron en esto, no todos pero muchos, lo que quieren es erosionar al gobierno nacional. Y digo que ‘no todos’ porque tengo esperanzas de que haya excepciones en esto que estoy diciendo. Así como hago este análisis, estoy absolutamente con una interpretación distinta para el trabajador que sintió que era necesario un paro. Para el trabajador que en su fuero intimo pensó que su participación en este paro era lo que tenía que hacer, yo lo respeto totalmente.
–¿Le ve futuro a esta alianza que muestra hoy el sindicalismo opositor?
–No tiene futuro porque ya se están insultando unos a otros, todo el mundo está descalificando al que tiene al lado. “Yo me junté por cuestiones tácticas”, dicen todos. “Yo con la ultraizquierda no tengo nada que ver”, dicen unos. “Yo con esos fachos no tengo nada ver”, son los comentarios que uno escucha cuando va hablando con quienes se conjugaron para hacer el paro del 10 de abril. Esto es objetivo, está hasta en los medios hegemónicos, es fácil de desentrañar, es una descripción objetiva de la realidad. Es lo que dicen los distintos sectores integrados hasta cuando se sientan alrededor de una misma mesa. Entonces, ¿cómo va a tener futuro? Es contra natura que tenga futuro.
–¿Cómo evalúa el desarrollo de las paritarias?

–Yo creo que viene bien, porque simultáneamente se está dando una muy buena pelea con relación a estabilizar y bajar los precios a un nivel razonable en cuanto a la tasa de rentabilidad.  Hay que seguir avanzando y profundizando eso. Estoy convencido que el alza del costo de vida va a ir decayendo paulatinamente. Y cuando termine el año estoy convencido que el porcentaje de aumento del costo de vida no va a ser el que están diciendo los que hacen terrorismo mediático o verbal

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