La respuesta de Verbitsky a los ataques de Lanata y Clarín

El periodista de Página/12 y presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Horacio Verbitsky, salió al cruce de la campaña del Grupo Clarín que ayer buscó vincularlo a la última dictadura. La operación, orquestada por Gabriel Levinas en el programa de Jorge Lanata en Radio Mitre y repetida en el programa de Carlos Pagni en TN, constaba de dos partes: por un lado, reflotar las acusaciones de colaboracionismo vertidas desde 1991 por un libro que ayudó a escribir en 1979; y por el otro, la novedad de afirmar que había escrito el discurso de un dictador.

Horacio Verbitsky desmintió las acusaciones

Horacio Verbitsky desmintió las acusaciones

“Cada vez que mis notas molestan más de la cuenta a cualquier poderoso, de iure o de facto, la incapacidad de replicar con datos da lugar al intento de descalificarme por una presunta colaboración con la Fuerza Aérea durante los años de la dictadura militar. Esto comenzó cuando publiqué el libro Robo para la Corona y se ha reiterado periódicamente desde entonces”, recordó Verbitsky en una columna publicada hoy en Página/12.

Sobre el regreso de esas denuncias producido ayer, el dirigente de derechos humanos señaló: “El Grupo Clarín volvió a hacerlo ayer, en su radio Mitre y en su página on line, presumo que por haber desnudado su rol en la operación del presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, para ser rrrreelecto cuando le quedaba un tercio de mandato, con el voto del decano del tribunal Carlos Fayt, quien no participó del Acuerdo en el que la Corte dice que estuvo. Esta vez, remite a una nota de un portal de Internet dirigido por Gabriel Levinas, quien trabaja para la televisión, la radio y el diario del Grupo Clarín. Tuve una relación correcta con él hasta que me ofreció venderme una primicia sobre el piso que un ministro de Menem le habría puesto a una amante frente a la Plaza San Martín. Tardé en entenderle cuando me dijo: `Papá, yo necesito un bizcocho`. Entiendo que se sienta mejor en otras compañías. Nunca pagué por información ni me interesaron las inversiones inmobiliarias ni el sexo de los políticos”.

Verbitsky sostuvo que quiso responder “por respeto a las personas de buena fe que podrían tomar por buena la falsificación”. Levinas “me atribuye supuestos manuscritos para un discurso del Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, cosa que ya habían insinuado en el mismo diario Susana Viau y Jorge Lanata, en aquel momento en respuesta a mis notas sobre el Papa Francisco. Su fuente es Pedro, uno de los hijos de Güiraldes, quien no ha ocultado que su motivación es mi rol en el impulso a los juicios por crímenes de lesa humanidad”. Para desmentir esa acusación, en su nota adjuntó una foto del manuscrito que Levinas le quiere atribuir y otra en la que se pueden apreciar las diferencias con su verdadera caligrafía.

Manuscrito atribuido a Verbitsky por Levinas

Manuscrito atribuido a Verbitsky por Levinas
Manuscrito con la verdadera caligrafía de Verbitsky

Manuscrito con la verdadera caligrafía de Verbitsky

“Mi amistad con el comodoro Juan José Güiraldes (retirado en 1951, un cuarto de siglo antes del golpe del 24 de marzo de 1976) no guardó relación alguna con la Fuerza Aérea. Era un viejo amigo de mi padre, quien había publicado un ensayo sobre su tío, el autor de Don Segundo Sombra, Ricardo Güiraldes. Su libro El poder aéreo de los argentinos, para el que le ayudé a reordenar publicaciones anteriores de su época como presidente de Aerolíneas Argentinas, en las que defiende a la línea de bandera contra sus competidores privados, sólo versa sobre transporte aerocomercial, rutas aéreas, tipos de aviones, asociaciones empresariales, y carece de cualquier contenido político. El mismo lo explica en varias cartas en las que refutó a los primeros reproductores del invento, quienes no las publicaron”, dijo Verbitsky, al adjuntar también gráficos de aquel libro donde se advierte el contenido técnico del material.

“Ninguno de mis colegas de Clarín, incluyendo a quienes militaron conmigo en las organizaciones revolucionarias de los ’70, cumplió con la deontología profesional y requirió mi respuesta antes de hacerse eco de la difamación. Hasta ahora no se han retractado del festival de potenciales con el que acusaron de poseer una cuenta millonaria a Nilda Garré y Máximo Kirchner, desmentida por el banco y por el país donde ni siquiera existe la empresa mencionada por Clarín. Por lo visto, esos periodistas tienen menos aprecio por su buen nombre que yo”, concluyó.

Los directores e integrantes de la junta directiva del CELS habían emitido ayer un comunicado de repudio a las declaraciones del Grupo Clarín. “Se trata de afirmaciones falsas dirigidas a deslegitimar, a través de su figura, el trabajo que desde 1979 realiza el CELS en la búsqueda de memoria, verdad y justicia por los crímenes cometidos por el terrorismo de Estado. Lamentamos que el camino elegido para debatir sea el de la difamación”, afirmaron.

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