La Secretaria de Presidencia se codeó con la casta en el exclusivísimo show de Luis Miguel
Karina Milei, la incondicional
Entre bandejas de carpaccio de pulpo y barra libre de espumantes, la hermana del Presidente fue parte de la gala en La Rural, cuya entrada -en promedio- costaba 1.500 dólares.
Las fiestas del jet set local parecen ser de las pocas cosas que no sufrieron el ajuste que imparte el Gobierno de Javier Milei. Aquello se pudo notar, por ejemplo, en la cena show de Luis Miguel, que incluyó un menú de tres pasos elaborado por el Hotel Faena, una barra libre de champagne y, claro, algunos temas cantados por el Sol en formato íntimo. El precio para ser partícipe de la experiencia superó, en promedio, al millón de pesos. Y entre los asistentes -entre los cuáles no faltaron artistas, periodistas y modelos- dijo presente la Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei. O, en las palabras del propio mandatario, “El Jefe”.
A diferencia de otras apariciones de la extarotista en recitales y eventos, en esta oportunidad no hubo ni un intento de disimular que la funcionaria y hermana del Presidente aprovechó para salir de fiesta -como sí sucedió cuando fue a ver el show de Ulises Bueno-. Es que, entre tema y tema, la propia Karina posó -con abrazo- con Lucía Miranda, una de las promotoras de esa cena show en La Rural. Incluso fue retratada por una de las revistas encargadas de publicar la presencia de ricos y famosos en distintos lugares.
Salvo que haya cenado anteriormente, la mano derecha e izquierda del Presidente disfrutó de las bandejas que los mozos paseaban con carpaccio y carnes patagónicas con salsa de oporto. De beber, había copas de vino tinto y espumantes de alta gama. Tampoco faltó postre y café.
Lo que aún resta saber es si la funcionaria pública abonó la entrada -valuada en 1.500 dólares- o si, en cambio, fue invitada al evento. En caso de ser la segunda opción, sería un alivio para las arcas del clan Milei (que dice haber pagado la estadía de dos meses en el lujoso Hotel Libertador) aunque algún mal pensado podría aducir que se trató de un exclusivo regalo de un tercero a un funcionario público. Dicho de otro modo, dádivas.
Página|12