Los sindicatos españoles consensúan una gran movilización, para septiembre

 

El Parlamento español amaneció acordonado por efectivos policiales luego de la agitada noche que vivieron los madrileños tras un viernes de enfrentamientos entre manifestantes autoconvocados a través de las redes sociales y los uniformados, que intentaban custodiar las sedes de los dos principales partidos nacionales, el oficialista PP y el opositor PSOE.

Por la madrugada se habían registrado entre diez y 20 detenidos y algunos heridos leves. Pero las imágenes de la policía emprendiéndola a empellones contra una anciana recorrieron el mundo y adelantan lo que podría suceder en España a medida que el ajuste no sólo se profundice sino que llegue a repercutir en la vida cotidiana de la población.

El viernes, cuando un grupo de manifestantes se cruzaron con la delegada del gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, hubo un nutrido griterío reclamándole la renuncia. La mujer había advertido de que habría una “actuación policial muy contundente” si se producían protestas violentas “para intentar que Madrid parezca Atenas”.

Los manifestantes acompañaron a Cifuentes un trecho, increpándola al grito de “¡dimisión!”, hasta que la delegada del gobierno se refugió en un restaurante.

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