Una carrera de postas en la que se superó apenas el primer obstáculo, el más serio. Esa era la sensación que circulaba anoche en el gobierno, tras una jornada llena de nervios, que comenzó con el temor por el creciente desabastecimiento de combustible y terminó con cierto alivio por el levantamiento de la medida de fuerza por parte de Camioneros. Pero la historia sigue. La atención ahora está puesta en el paro con movilización a Plaza de Mayo que convocó para el miércoles 27 de junio el secretario general de la CGT, Hugo Moyano. El camionero hizo el anuncio antes de reunirse con el consejo directivo de la CGT. Lo lanzó como un paro de su sindicato aunque deslizó que luego se sumarían otros gremios. Allegados suyos pensaron que podría adherir la mayoría de la conducción cegetista. Sin embargo, al final de una discusión a puertas cerradas, el vocero de la CGT, Juan Carlos Schmid, dijo que se realizará una jornada de lucha con “paros y movilizaciones”. Una fórmula imprecisa que le permitió dejar en el aire si otras organizaciones declararán también el paro o se movilizarán a la Plaza de Mayo sin interrumpir sus actividades.
Camioneros y otros gremios moyanistas se movilizarán el próximo miércoles.
El primer momento clave del día fue la conferencia de prensa que dio el titular de la cámara patronal de los transportistas, Luis Morales. Allí anunció que la federación había acordado un aumento salarial del 25,5% con Camioneros que se efectivizaría en tres cuotas, la última a pagarse en marzo de 2013. Pablo Moyano reclamaba un aumento del 30% en un solo pago y una compensación de 3000 pesos por los descuentos del Impuesto a las Ganancias. La noticia del acuerdo sería luego confirmada por el propio Hugo Moyano. “Este acuerdo demuestra que cuando se quiere, se puede encontrar una solución, como la encontraron en todas las negociaciones anteriores.
