Por:
natalia coronel
Las centrales sindicales opositoras encabezadas por la CGT de Hugo Moyano y la CTA de Pablo Micheli, acompañadas por la fracción Azul y Blanca de Luis Barrionuevo, encabezaron el primer paro contra el gobierno nacional de Cristina Fernández de Kirchner.
Solapados detrás de un reclamo gremial, Moyano y sus nuevos aliados lanzaron grupos piqueteros a las calles, cortaron las rutas y accesos a la Capital Federal y lograron entorpecer el día laboral de los ciudadanos. Los sindicalistas reclaman la modificación del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, la eliminación de los topes para las asignaciones familiares y contra la nueva ley de ART.
Sobre este paro que se presentó ante la sociedad como una reivindicación gremial, INFOnews, habló con el sociólogo Ricardo Rouvier y con Alberto Robles, director del Instituto del Mundo del Trabajo quiénes hicieron un análisis sobre la legalidad de la huelga y sobre el impacto que tendría en el gobierno nacional.
“Es indiscutible que este es un paro político y no sindical como sostienen Hugo Moyano y sus secuaces, porque si fuera así hubieran manejado los reclamos en término de diálogos y negociación como se hace usualmente en estos casos”, sostuvo Robles en relación al paro impulsado por los cegetistas.
En tanto, Luis Barrionuevo, uno de los mentores del paro desafió al gobierno y dijo: “exijo que tomen nota de los que se manifestaron hace una semana en la plaza y el paro de hoy porque, indudablemente, estamos ante una Presidenta que no le importa nada y hace lo que ella quiere”.
Sobre esta vinculación que hizo el gastronómico, el sociólogo Rouvier manifestó que “si bien esta acción opositora se suma al cacerolazo del 8 de noviembre jamás se podrían juntar”. Y señaló: “mezclar estas dos vertientes es como querer juntar agua con aceite porque Moyano no representa a los sectores medios que son los que conformaron el cacerolazo, sino más bien a la parte obrera, pero esto no implica que no sea parte importante del ambivalente espacio opositor”.
En cuanto a la legalidad del paro, Robles, especialista es derecho sindical, indicó que “la ley argentina establece que las fuerzas solamente pueden ser convocadas por sindicatos con personería gremial y acá el único sindicato que cumple con esa condición es el de Antonio Caló, por lo tanto si hubiese que atenerse a la letra de ley este paro seria completamente ilegal” .
Además, Robles señaló que si el gobierno decide tomar alguna medida contra la huelga convocada por la CTA y la CGT, “el Ministerio de trabajo debería sacar una resolución considerándola ilegal y si esto sucede los trabajadores que no asistieron a sus puestos de trabajo podrían ser despedidos justificadamente. Pero no creo que el gobierno tome esta decisión”, explicó el especialista.
Rouvier, hizo hincapié en el recurso de cortas las calles para garantizar que la huelga se satisfactoria. “Impidiendo la libre circulación del transporte obligaron a mucha gente que no estaba interesada a ser parte de este paro. Los dejaron sin opciones”.
En rigor, Robles sostuvo que “el hecho de haber cohesionado a los ciudadanos a adheririse, impide hacer una contabilidad objetiva de cuánta gente estuve realmente de acuerdo. Hay que pensar que el grado de adhesión fue mucho menor que la que no fue a trabajar. Nunca lo vamos a saber”.
Rouvier, sostiene que desde que el kirchnerismo está en el poder “se produjeron grandes cambios estructurales en todos los sectores sociales de Argentina donde surgieron nuevas clases medias. Por eso, estos reclamos no tienen que ver con la carencia sino con la competencia por la abundancia, por eso no me parece casual que el reclamo de cabecera sea de los sectores que mas ganan y no de los desocupados o de los que están en negro”.
En este sentido Robles lanzó: “Es increíble que los trabajadores pidan la eliminación del impuesto a la ganancia, históricamente los trabajadores pugnaban porque quiten el IVA y no el impuesto que es el más progresivo, porque uno paga en relación a la que gana”, subrayó.
Para el final, Rouvier reparó sobre el día después: “No va a tener ningún efecto posterior, una vez que se disolvió, se termina y nada sucede. Tiene que ver con la subjetividad tanto de la oposición como del oficialismo. Esto no fue un reclamo sindical, sino una expresión antikirchnerista donde Moyano intenta dar un paso firme hacia la política profesional para poder posicionarse”, concluyó.