“Nos fue mal cuando los dirigentes tuvieron miedo”
Una agenda al rojo vivo. Tan pero tan ajustada que no parece humana. Reuniones varias, teléfonos que no paran de sonar, entrevistas a cada rato, recorridas diarias y actos en lugares distantes. Así, o peor, suele ser la agenda de un político en campaña. Y la de Martín Insaurralde no es la excepción.
