“Para dar un golpe ya no se necesitan ejércitos”

 

Marcos Roitman Rosenmann.
Marcos Roitman Rosenmann.

Por Javier Borelli

Los enemigos están entre nosotros, señaló Fidel Castro durante su viaje a Chile en 1971. A unos metros de él lo escuchaba el edecán militar designado a su visita, un tal Augusto Pinochet. El recuerdo es traído al presente por Marcos Roitman Rosenmann en su libro de reciente publicación Tiempos de oscuridad. Historia de los golpes de Estado en América Latina.
 
Es que esa advertencia no ha perdido actualidad para el doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid, quien sin embargo destaca que la metodología empleada para producir quiebres institucionales ha cambiado. Ya no son las fuerzas armadas las protagonistas, sino los organismos internacionales, los bancos o las “troikas”, que no necesitan empuñar un arma o disparar un tiro.
“Detrás de la llamada ideología de la globalización, existe otra manera de dar los golpes de Estado. No necesitamos ejércitos. Tras la Segunda Guerra Mundial, los dictadores fueron eliminados bajo el criterio de nuevas formas de ejercicio del poder político.
Estados Unidos necesitó, incluso en Latinoamérica post revolución cubana, la Alianza para el Progreso y construir regímenes formalmente democráticos para enfrentar las reformas agrarias, los cambios políticos nacionales, antioligárquicos, antiimperialistas, socialistas y anticapitalistas”, explica el autor chileno cuya biografía está marcada por los regímenes autoritarios.
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