PRO vs el estándar de vida de los trabajadores

PRO vs el estándar de vida de los trabajadores

A las polémicas declaraciones del economista Javier González Fraga se sumaron las de la Vicepresidenta, quien planteó la necesidad de “salir de la fantasía de una mentira”, en referencia a los niveles de consumo de los trabajadores.

El economista y ex Presidente del Banco Central, Javier González Fraga, movió el avispero de la opinión pública con declaraciones que generaron una amplia polémica y un fuerte rechazo en el peronismo y varios sectores de la población en general.

“Le hiciste creer a un empleado medio que su sueldo medio servía para comprar celulares, plasmas, autos, motos e irse al exterior. Eso era una ilusión. Eso no era normal”, aseguró el ex candidato a vicepresidente de la Unión Cívica Radical en 2011 en una entrevista radial del viernes pasado.

“No digo que si era bueno o malo. Por supuesto que era bueno, pero no era normal. No era sostenible”, aclaró a continuación, acaso sopesando el peso de sus palabras. González Fraga ha sido una especie de padrino político de Alfonso Prat-Gay, y aunque no ocupa ningún cargo en la administración PRO, usó la primera persona al hablar sobre la actualidad económica con la cual se identifica. “Estamos sincerando la economía para que en lugar de tener una burbuja de crecimiento que alimente proyectos populistas tengamos décadas de crecimiento”, afirmó.

Más allá del debate estrictamente económico sobre los alcances y límites del modelo económico kirchnerista, existe una intención del PRO en legitimar su drástico ajuste económico postulando los años de expansión del consumo de los sectores trabajadores, desde los sectores medio-bajo a los sectores medio-alto, como una tergiversación perversa de la realidad.

Así lo ratificó las palabras de la Vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, quien en una notoria coincidencia con el economista, afirmó ayer en Radio Nacional: “Los más difícil para nosotros es atravesar el momento en el cual salís del populismo, cuando salís de la fantasía de una mentira importante y muy grande, de haberle dicho a la gente que podía vivir de esta forma eternamente porque tenemos recursos para eso”.

En vez de plantear la intención de mejorar la política económica para hacer más sustentable la supuesta inviabilidad de ciertos consumos, por otro lado nada extravagantes, en sectores de trabajadores, el gobierno busca instalar la creencia en la imposibilidad de alcanzar dichos estándares de vida, buscando legitimar así su brutal ajuste.

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