Escenario político
No hay millones de especialistas en economía, pero los millones de votantes perciben sin dificultad qué funciona y qué no. Sobre todo, lo perciben en sus bolsillos y en la marcha general de la sociedad.
Sin duda, a un punto en que no resultan demasiado confiables; aunque cuando la lógica política y los datos que arrima la sociología electoral coinciden, resulta imprudente desconsiderarlos; al menos, en el inicio de la lectura.
Volvamos a empezar. La paliza electoral no sólo sorprendió –bastante menos de lo que se admite– a la desarticulada oposición política, también golpeó a los poderes reales. Y los sorprendió, no porque los encuestadores que tenían contratados no les adelantaran privadamente, en jerga convenientemente aderezada, el cuadro de situación, sino por la lectura intoxicante de la prensa comercial opositora.