El flamante ministro de Seguridad de Santa Fe Raúl Lamberto admitió hoy que la policía provincial se encuentra fuera de control y que el gobierno de Antonio Bonfatti debe retomar el mando de la fuerza, luego del escándalo por los presuntos vínculos con el narcotráfico del ex jefe de la fuerza Hugo Tognoli.
El escándalo de Hugo Tognoli reveló la anomia que padece la institución policial santafesina.
“Estamos en una situación en donde necesitamos retomar el mando, el control y la disciplina de las fuerzas”, aseguró Lamberto, luego de presentarse ante diputados y senadores de Santa Fe para responder preguntas por el caso.
En una catarata de sinceramiento, el flamante funcionario reconoció que “desde hace mucho tiempo” Asuntos Internos investigaba el patrimonio del ex jefe policial y dijo que está en estudio la situación de otras autoridades de la fuerza, entre ellas la cúpula actual.
La presentación de Lamberto en el Parlamento provincial fue pedida desde el PJ para saber por qué el gobierno del socialista Antonio Bonfatti eligió a Tognoli como jefe de la policía y qué políticas van a aplicar para salir de la crisis.
En este sentido, el ministro manifestó que “se han ofrecido pruebas y la participación de testimonios; supongo que estas testimoniales tendrán vínculo con la causa que se le investiga a Tognoli. Si aportan datos, lo va a evaluar el juez”.
Las denuncias que dijo conocer Lamberto sobre Tognoli fueron los anónimos judicializadas por el fiscal Guillermo Camporini. Sin embargo, el ministro justificó que no se tomaron medidas porque esas denuncias no llegaron a ningún resultado.
En tanto, el diputado provincial del PJ Eduardo Toniolli señaló que durante el encuentro con legisladores Lamberto “reconoció que conocían aquel expediente judicial”.
Tognoli renunció el viernes pasado a su cargo luego de que saliera a la luz que estaba siendo investigado por sus supuestos vínculos con el narcotráfico.
Según los investigadores, en la causa judicial consta la presunta complicidad del ahora ex jefe de la policía de Santa Fe con un jefe narco, a quien habría aportado información para lograr evadir a quienes lo perseguían, y el supuesto cobro de unos 30 mil pesos para dejar vender cocaína al dueño de un prostíbulo.
