Villa Gesell: las historias detrás de la tragedia

Con cada una de las víctimas se fueron las expectativas de unas vacaciones, los planes familiares y los momentos con amigos. Conocé la historia de los cuatro fallecidos por el rayo.

El rayo que cayó en el medio de la playa de Villa Gesell el jueves se llevó cuatro vidas y, con ellas, cuatro historias.

Nicolás Elena tenía 19 años y estaba en Villa Gesell vacacionando con sus amigos. Estudiaba profesorado de Educación Física en la ciudad de Junín y vivía con su familia en una casa en las afueras de 9 de Julio.

Un dolor compartido se vivió, por otra parte, en lo que respecta a las familias de Agustín Irustia y Priscila Ochoa, de 17 y 16 años, respectivamente. Los adolescentes eran jugadores de voley con un futuro prometedor en la provincia de San Luis.

Nicolás Elena, Gabriel Rodríguez, Agustín Irustia y Priscila Ochoa
Nicolás Elena, Gabriel Rodríguez, Agustín Irustia y Priscila Ochoa

Agustín había sido elegido el mejor jugador por el Círculo de Periodistas Deportivos de San Luis y jugaba en el seleccionado provincial, por lo que era buscado por varios clubes de la Liga Nacional.

Su padre es profesor de gimnasia, arbitro y entrenador de voley y las familias habían establecido una amistad con la de Priscila, cuyo padre también dirigente del deporte.

Ambas familias habían decidido compartir sus vacaciones, que acabaron enlutadas por la tragedia.

Otro caso es el de Gabriel Rodríguez, el joven de 20 años estaba en Villa Gesell pasando por primera vez unas vacaciones con sus amigos.

Eran cinco y recién comenzaban a disfrutar del primer día de playa cuando sucedió la tragedia: “Nos habíamos refugiado adentro de una carpa hasta que pasara la tormenta. De repente sentimos una explosión y vimos a mi amigo tirado”, contó Rafael Viñuela, uno de los cuatro chicos que viajaba con Gabriel.

“No tenía idea de lo que pasaba. Gabriel estaba como desmayado. Salí corriendo a buscar un médico y cuando llegó nos dijo que había muerto en el acto”, agregó. Rafael también fue alcanzado por la descarga y terminó con un brazo quemado y hematomas en el cuerpo.

“Es un golpe que enluta a todo el pueblo. Somos 9.500 habitantes, nos conocemos todos”, señaló por su parte Enrique Tracik, intendente de la localidad.

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