“Nadie me presionó para no asumir en la CGT”

En la línea sucesoria de la CGT surgida esta semana por el sector que acompaña a Moyano, el petrolero Guillermo Pereyra fue designado como el número dos.

Su nombramiento como Secretario Adjunto se produjo el mismo día en que se aprobó la incorporación de su sindicato, Petroleros Privados de Neuquén, Río Negro y La Pampa, a la central obrera. A su vez, Pereyra es el miembro que representa a los trabajadores en el directorio de YPF, a partir de su nacionalización. De buena llegada al Ministro de Planificación Julio De Vido, su elección es considerada como una intención del moyanismo de tender puentes con el Gobierno, a partir del desgaste que sufrió la relación en los últimos meses. Mientras el dirigente camionero sostiene que muchos sindicalistas se alejaron de su CGT porque fueron “apretados” por el Gobierno Nacional, Pereyra asegura que no recibió ninguna presión oficial para no asumir en su nueva función. Al igual que lo hizo en el acto en Ferro, entiende que es imprescindible retomar el camino del diálogo para hacer frente a los impactos sociales que puede generar la crisis internacional.

–¿En un momento en que la CGT está buscando canales de diálogos con el Gobierno, su designación como secretario adjunto puede ser un puente entre los dos espacios?
–Puede ser un puente, pero no solamente yo. Hay compañeros que tienen experiencia y que están capacitados para cumplir ese rol. Ojalá tengamos respuesta del Gobierno y que podamos sentarnos a dialogar. La situación del país no da para más. La inflación y los problemas en la importación y exportación de productos está generando inconvenientes en las fábricas. Hay despidos y suspensión de personal. Hay muchísimas cosas que podemos elaborar como para poder tratar en una mesa de diálogo. No tiene ningún sentido confrontar porque nos lleva a un callejón sin salida.

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