LOCALES#.
Héctor Arismende, cura párroco de La Piedad, no anduvo con vueltas respecto de la situación social en la Delegación Noroeste.
Es formoseño. Está en Bahía Blanca desde hace poco más de un año y medio. Se llama Héctor Arismende y es el cura párroco de La Piedad, muy comprometido con los vecinos de la Delegación Noroeste.
Esta mañana en nuestro programa de radio, en un tono sereno y pausado, describió sin medias tintas la situación social del sector, calificó a la entrega de bolsones con alimentos “tardía y escasa” y no tuvo empacho en defender, también él, la tarea realizada por Martín Aguirre hasta la semana pasada al frente de la Delegación.
“Nos preocupa y nos parece llamativa su salida”, dijo Arismende quien detalló que la situación de extrema pobreza que se vive puntualmente en esa gran barriada “nos ha llevado a trabajar en forma conjunta. Acá lo primero que impactó tras el comienzo del aislamiento fue el hambre”, sintetizó el cura párroco.
Luego afirmó que es un territorio amplio, superpoblado y con cientos de familia en situación de pobreza. “Pobreza que por otra parte es estructural, que se traduce en viviendas precarias, sin agua…”. “Acá no hubo un trabajo coordinado desde el estado, en este caso municipal. Acá el esfuerzo de organización partió de las entidades civiles y sociales. Incluso cuando nos mandaron los primeros 100 bolsones desde el municipio todo fue muy desorganizado”, manifestó.
Las organizaciones de la sociedad civil con anclaje en Noroeste, hicieron un relevamiento de los últimos dos meses (23 de marzo al 23 de mayo) para poner en números las necesidades de las familias de cada uno de los barrios que integran aquella delegación.
Allí se especifica que durante esos 60 días fueron 3168 las familias que pidieron el bolsón con mercadería.Que los bolsones entregados por la Municipalidad más los aportes de organizaciones sociales fueron 4709, y que por lo tanto, el promedio da 1,5 bolsones por familia, y que cada bolsón contiene leche, aceite, arroz, lentejas. polenta, fideos, cacao, azúcar, harina, paté y puré de tomates.
El párroco afirmó, apoyad en ese relevamiento, que la mayor cantidad de familias que pidieron esos bolsones se concentró en el Bajo Rondeau.