El chantaje del ajuste


julio gambina

La medida supone unos 10 mil millones de dólares semanales en ingresos salariales, casi 40 mil millones al mes y, qué curioso, la Reserva Federal al mismo tiempo emite mensualmente más del doble, unos 85 mil millones de dólares para sostener la política de salvataje al propio Estado capitalista estadounidense, a los bancos y empresas en problemas. Es evidente que la crisis mundial impacta seriamente en EE UU y afecta especialmente a sectores vulnerables, entre ellos a los trabajadores estatales y sus familias. El fondo de la cuestión es un déficit fiscal que asciende a los 1,5 billones de dólares desde hace unos cuatro años y sin horizonte de disminuir. A eso debe sumarse un estructural déficit comercial de casi 550 millones de dólares anuales. Entre ambos guarismos definen la deuda pública más elevada del mundo, un 100% del PBI de EE UU y que requiere acuerdo parlamentario para seguir creciendo.

La crisis en EE UU se sostiene con financiamiento de todo el mundo, para sufragar un gasto que incluye esencialmente el sostenimiento del gasto militar. Un gasto que imponen las bases militares desplegadas en todo el planeta, junto a las aventuras bélicas, actos de espionaje o invasiones a que nos tiene acostumbrada la impunidad del poder estadounidense.
El interrogante es la capacidad de aguante del pueblo de EE UU ante la agresión del sistema político. En el mismo sentido tenemos que interrogarnos sobre el límite que debe imponerle la sociedad popular mundial al orden capitalista, a su potencia hegemónica y a las complicidades globales que aseguran la impunidad de EE UU, sea en la ONU, en el G20, o en cualquiera de los ámbitos de articulación de un poder global que transfiere la crisis sobre los más pobres.

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