Por:
felipe llapur
Adolescentes colmaron palcos y escaleras.
Los pasillos, los palcos y cada rincón de la Cámara de Diputados tuvieron ayer un color diferente a los grises que suelen predominar en este edificio. Los colores los pusieron cientos de jóvenes que acompañaron cada segundo del extenso debate. Aplaudieron y vivaron los discursos que respaldan el proyecto y no pudieron contener el abucheo y la silbatina contra aquellos bloques que expresaron el rechazo a la iniciativa. “Queremos y exigimos esta herramienta que utilizaremos para transformar la sociedad”, aseguró Agustina, de apenas 15 años, que lucía orgullosa la camiseta con el rostro de Evita.
La joven, militante de la Corriente Peronista, rechazó el argumento de la oposición que sostiene que son sujetos influenciables: “Somos rebeldes, tenemos ideas, convicciones y apoyamos un modelo de país. Además, cuánta gente de 40 o 50 años compra cualquier discurso. Esos son los influenciables.”
Martín, que la acompañaba y que había salido del palco para buscar un sándwich reparador, aportó su opinión sobre la supuesta influencia de la que son objeto: “Esos que tiran ese argumento son los mismos que se oponían al voto de las mujeres, que no jodan”, dijo y recibió las palmadas de sus compañeros.
