En Mendoza, se va la segunda…

 

 

River y Boca están enfrentados casi desde el principio de los tiempos del fútbol argentino, y este segundo Superclásico de verano vuelve a zanjar las diferencias entre un equipo y el otro. No les basta con usar camisetas claras contra oscuras, con que una cancha esté en el norte de la ciudad de Buenas Aires y la otra en el sur, con que unos sean Millonarios y los otros descendientes de obreros inmigrantes italianos. A cada paso que dan tienen que volver a demostrar que viven en veredas opuestas. En el caso del partido de esta noche, las diferencias radican en la importancia que le da cada entrenador al encuentro y las formaciones que eligió cada uno.

Mientras Ramón Díaz pondrá a sus mejores hombres “porque Mendoza es de River”, Carlos Bianchi eligió un equipo claramente alternativo porque desde su particular mirada, lo más importante de estos partidos de verano “es que no le lesione ningún jugador”.

A tal punto le quita relevancia a estos amistosos el entrenador Xeneize que llegó a tildar de “estupidez” jugar tres superclásicos en medio de la pretemporada, y además se quejó de tener que afrontar tres partidos, en tres ciudades distintas en tan sólo una semana. “Somos el único equipo”, bufó Bianchi en el inicio de su tercer ciclo como director técnico de Boca.

En cambio, para Díaz, el duelo mendocino puede ser la última gran prueba de River antes del inicio del Torneo Final: en el clásico de Córdoba del sábado tiene planeado darle lugar a aquellos suplentes que pelean por un puesto entre los once que enfrentarán a Belgrano en la primera jornada del campeonato.

El riojano está concentrado para que su equipo termine de encontrar el mejor funcionamiento de cara al semestre pronto a comenzar, y no especuló con un posible ridículo si los titulares de River llegasen a perder contra Boca, algo que el DT ya sufrió en enero de 2000, cuando dejó su cargo después de que el equipo juvenil de Carlos Bianchi le ganara a su formación titular, a pocos días del puntapié oficial de la temporada, aunque el contexto del juego de esta noche nada tiene que ver con lo sucedido hace más de una década.

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