El lunes resultó un comienzo de semana atípica en Mendoza. Desde la portada de los diarios, pasando por las radios y los canales de televisión, los organismos gubernamentales y de seguridad, y claro, sin obviar al ciudadano mendocino, el Superclásico es el tema del día en esta región de Cuyo. Con las entradas totalmente agotadas, la Tierra del sol y del buen vino aguarda ansiosa la hora del partido, hoy a las 22 en el estadio Malvinas Argentinas.
Por el centro de la ciudad se vieron ayer las primeras camisetas de Boca y de River. Los bares y restaurantes ofrecen promociones especiales de diversos menús para aquellos que se quedarán sin poder ver el partido en la cancha. La pantalla gigante y precios bastante accesibles, como por ejemplo: “Vea Boca-River con una grande de muzza más dos cervezas, por 50 pesos”, son los ganchos que tienen los comerciantes para este día especial, bien futbolero. Mendoza lo palpa, lo siente, la gente lo disfruta, aunque seguramente hoy con el despuntar del día D, la cosa irá subiendo de temperatura, más de los 34 grados que marca el termómetro, y tanto el azul y amarillo, como el rojo y blanco irán copando aun más la escena de la capital cuyana.
Es que las inmediaciones de los hoteles donde se hospeda cada equipo se llenaron de camisetas, banderas y vinchas. Más de 1000 hinchas de Boca recibieron al plantel a eso de las 19:30 con cánticos para Carlos Bianchi, y aplausos para Lucas Viatri. Según el vendedor de parafernalia, en la espera del equipo los hinchas se llevaron 22 camisetas, y muchas banderas grandes y cornetas. A pesar de que River arribó bien entrada la noche, cientos de hinchas se acercaron al centro desde temprano con sus camisetas y un puesto callejero vendió mercadería por 1000 pesos en tan solo media hora.
Mientras Ramón Díaz y Carlos Bianchi elucubran las tácticas y estrategias con la que saldrán a disputar el segundo clásico estival, las fuerzas de seguridad de la provincia aguardan expectantes la llegada del grueso de los hinchas, de un lado y del otro. Al respecto, el ministro de Seguridad provincial, Carlos Aranda, le contó en exclusiva a El Gráfico diario: “Tenemos 2000 efectivos a disposición para el partido de mañana (por hoy). No todos estarán abocados a la seguridad dentro del estadio, si no que tenemos un buen número apostado en distintos puntos de la ciudad y en los accesos a la misma para acompañar a los grupos de hinchas que vayan arribando. Pido por favor que la persona que no tiene entrada, que ni se acerque por la zona de la cancha porque será desalojada.”
Asimismo el funcionario mendocino confirmó que se aplicará el derecho de admisión al clásico. “La organización del evento dispuso que se aplicase el derecho de admisión y los vamos a hacer. Además van a estar presentes autoridades del INADI, para chequear, junto a nuestra policía, que no se ingresen banderas, ni ningún tipo de identificación, que no sean la de Boca y la de River. A su vez también habrá muchos cacheos previos a la llegada a la puerta del estadio.”
Sobre la llegada de las barras bravas de ambos clubes, Aranda contó: “Pedimos un informe a las dos instituciones para que nos suministrasen el listado de hinchas que no pueden ingresar a la cancha. Boca envió una nómina con 72 nombres. El primero de la lista es Rafael Di Zeo. De River no recibimos nada.”
Un tema que preocupa bastante tanto a la ciudadanía local como a la prensa, pero no así al ministro, es el lugar en el que se alojarán ambas parcialidades a la espera del partido. “Los hinchas de River, como todos los años, irán a un camping, donde se los recibe con un asado. Jamás han causado problemas. Los de Boca no sabemos qué harán.” Acerca de una versión que indica que la “12” haría vigilia en el Parque San Martìn (dentro del cual está el Malvinas), el encargado de la seguridad provincial manifestó: “Si se instalan ahí, no podemos hacer nada, a no ser que provoquen disturbios o realicen actos indecorosos. Tienen el mismo derecho de permanecer que cualquier otra persona.”
