Envían moscas argentinas a los EE UU

Sigilosas, silenciosas y diminutas. Pero devastadoras. Las hormigas de las especies Solenopsis ritcheri y Solenopsis invicta, oriundas de la Argentina, invadieron, como polizones, al gran país del norte. Como ingresaron sin sus depredadores, hoy son una plaga que ocupa casi el 25% de su territorio. Para combatirla, los científicos del Laboratorio de Hormigas de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) crían unas mosquitas y las envían a los Estados Unidos. Allí, sus colegas de la Universidad de Texas, en Austin, las sueltan en las zonas más afectadas y, de esa manera, logran detener el avance de las hormigas y reducir su número.

“Esta hormiga entró a los EE UU entre 1920 y 1940. Desde entonces y durante 40 años, trataron de controlarlas con plaguicidas químicos. Lo único que hicieron fue empeorar la situación porque terminaron matando a otras hormigas que podían hacerles frente a las Solenopsis”, cuenta Patricia Folgarait, doctora en Ciencias Biológicas e investigadora del CONICET.