El dirigente de mecánicos y diputado Mario «Paco» Manrique advirtió sobre los desafíos del sindicalismo y la política en el contexto de crisis. Aseguró que el movimiento obrero debe definirse políticamente y dejar de pensar en el «qué dirán». En ese sentido aprovechó para criticar a la mesa chica de la CGT a la cual renunció, adelantó que está trabajando junto a otros gremios en una reforma laboral «superadora» y propuso trabajar en propuestas concretas para liderar el cambio social en un 2025 que se avizora «muy duro».
En una entrevista con AM 530, el diputado y secretario adjunto de SMATA, Mario “Paco” Manrique, reflexionó sobre sus funciones legislativas y el estado actual del sindicalismo en Argentina. Desde su despacho en el Congreso, destacó el esfuerzo y la dedicación que demanda el rol de legislador, desmitificando prejuicios. «Yo también tenía ese prejuicio de que se trabajaba un día a la semana nada más, pero lleva tiempo porque hay que estudiar, leer mucho, tener reuniones todos los días. Más aún cuando lo tenés que combinar con otras actividades como mi caso, con los problemas de la industria y el sindicato», explicó. Sin embargo, lamentó que en el Congreso «no hay debate, pura agresión, no hay intercambio de ideas».
Sobre la renuncia de Pablo Moyano a la conducción de la CGT, Manrique afirmó que no le sorprendió, aunque reconoció que no hubo diálogo previo entre ambos. «Qué le pasa a él, no lo sé. Supongo que le pudo haberle pasado lo mismo que a mí: no se ve reflejado en esta conducción y tomó una decisión. Tampoco hay que buscarle muchas vueltas», señaló. Además, destacó que, pese a las decisiones individuales, su gremio, al igual que Camioneros, sigue afiliado a la central sindical. «En algún momento se va a discutir la conducción nuevamente. Un dirigente puede dar un paso al costado, pero la institución debe quedar en la CGT», consideró de cara al cambio de conducción de la central previsto para el año que viene.
Manrique también expresó su disposición a articular con gremios descontentos para impulsar ideas renovadoras dentro del sindicalismo. «La conversación no se puede agotar en decir ‘no estoy de acuerdo con la CGT’. Hay que decir cómo encararíamos los temas. Así es la política. Si yo me paso quejándome de lo que hace Milei y no contrapongo una idea, la gente no va a tener referentes, ni en la política ni en el sindicalismo», argumentó.
El dirigente gremial aseguró que trabajan en una propuesta de reforma laboral desde el sindicalismo. «Estamos trabajando en hacer nuestra propia reforma laboral, que sea superadora. Vamos a poner en conocimiento de la gente qué es lo que entendemos nosotros que del mundo del trabajo se debe regular». También criticó la falta de una postura clara del movimiento obrero. “Fracasa porque nunca se pronunció políticamente, siempre está en el qué dirán. Y después nos quejamos porque la política nos deja de lado. Conmigo nadie tiene que adivinar nada: soy peronista, kirchnerista y cristinista”.
Finalmente, Manrique anticipó un año 2025 difícil para el país. Señaló que, aunque el gobierno actual intenta mostrar números económicos positivos, ocurren solamente en sectores extractivistas, que no producen mucho empleo y no reflejan una verdadera recuperación en sectores clave como la industria y el comercio, relevantes para la actividad interna. «Son números agarrados con alfileres, irreales muchos. Ojalá, el día que la gente diga basta, los dirigentes estemos a la altura para conducir ese enojo y ese desencanto», concluyó.
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