Piden a Estados Unidos que quite sus bases militares de la región

El secretario general de Unasur, Ernesto Samper, propuso replantear de lleno las relaciones de Estados Unidos con Latinoamérica y eliminar las bases militares que el Pentágono tiene desplegadas en la región. En ese sentido, consideró que el primer paso podría darse en la Cumbre de las Américas, que se celebrará entre el 10 y el 11 de abril en Panamá, y en la que participarán mandatarios de todo el continente, como el estadounidense Barack Obama, el cubano Raúl Castro y el venezolano Nicolás Maduro, publica Tiempo Argentino.

En diálogo con la prensa, el ex presidente colombiano opinó que “un buen punto de la nueva agenda de relaciones sería que no haya bases militares norteamericanas en Suramérica”, algo que “pertenece a la época de la Guerra Fría”. Actualmente, Estados Unidos mantiene en el continente unas 36 bases que constituyen una amenaza para la paz, la soberanía y la independencia de los países de América Latina y el Caribe (ver aparte).

Estados Unidos debería dejar atrás las acciones unilaterales y los “juicios de valor”.

Samper también aseguró que Estados Unidos debería dejar atrás las acciones unilaterales y los “juicios de valor” sobre las decisiones tomadas por otros Estados, sobre todo teniendo en cuenta que la Casa Blanca “no ha ingresado formalmente al sistema interamericano de Derechos Humanos” al no haber firmado el Pacto de San José. “En un mundo globalizado como el actual, uno no puede pedir reglas de juego globales para la economía y mantener el unilateralismo para la política. Ningún país tiene derecho a juzgar la conducta del otro ni muchísimo menos a imponerle sanciones o castigos por su propia cuenta”, dijo Samper, en clara alusión a la reciente declaración de que Venezuela constituye una amenaza para Washington.

Samper reconoció que las expectativas puestas en la Cumbre de las Américas, auspiciada por la OEA, se centran en el eventual encuentro entre el cubano Castro y el estadounidense Obama luego de la reanudación de conversaciones de diciembre pasado. Pero advirtió que, más allá del interés mediático que genera la cita, lo relevante es la posibilidad de que se traten temas de urgencia como el levantamiento del bloqueo a la isla o el de la base de Guantánamo.

Sobre el papel de la OEA en el contexto de la actual tensión entre Venezuela y Estados Unidos, Samper consideró que el organismo puede hacer una contribución importante para el acercamiento entre ambos países, algo que también forma parte de la agenda de la Unasur. El marco de actuación del bloque suramericano en el conflicto, comentó, se basa en la apertura de espacios de diálogo y en tratar de evitar la polarización y la denuncia mediática. También aseguró que Unasur consultó a “dos o tres personas importantes de la región para que colaboren” en una “tarea de acercamiento” entre Washington y Caracas.

Samper dijo que el plan de la Unasur en este asunto se centra en el acompañamiento en las elecciones que se prevén para este año, donde los venezolanos “podrán dirimir sus diferencias“, además de “asegurar el debido respeto en los procesos judiciales” de los opositores encarcelados y “de todo el mundo”. Junto con ello, “es importante favorecer vías de abastecimiento de productos básicos a Venezuela, algo en lo que trabajan los 12 países de la Unasur”, remarcó.

Además, agregó que la agenda de las relaciones debe incluir “otros temas, no solamente los que le interesan a Estados Unidos” y entre ellos figurarían algunos de aquellos en los que trabaja en la actualidad la Unasur, como la inclusión social, la reducción de asimetrías, la protección de los migrantes suramericanos, la participación ciudadana y la competitividad.

Vigilancia y control global

Con el objetivo de mantener su dominación militar, Estados Unidos instaló aproximadamente más de 1000 bases en todo el mundo. El número exacto no está claro: en un documento de 2008, el Pentágono reconoció que tiene 865 en 46 países; pero quienes estudiaron el tema en detalle hablan de más de 1250, distribuidas en 100 naciones.

Sólo en América Latina y el Caribe hay 36 oficialmente reconocidas, donde la Casa Blanca entrena y prepara a sus soldados, y almacena maquinaria de guerra. En Sudamérica se contabilizan tres bases en Perú y siete en Colombia. También hay una en Paraguay, con capacidad para alojar a 20 mil militares y ubicada en un sitio estratégico: cerca de la triple frontera y del acuífero Guaraní, la reserva de agua dulce más grande del mundo.

En el Caribe está la base de Guantánamo, en Cuba, utilizada como centro de tortura. En Arubase encuentra el centro Reina Beatriz y en Curaçao, la de Hatos. En Centroamérica está la base de Comalapa, en El Salvador, y la de Soto-Cano, en Honduras, desde donde se orquestó el golpe de Estado contra el ex presidente Manuel Zelaya. En Costa Rica aparece la base de Liberia, que dejó de funcionar durante un tiempo pero fue reactivada recientemente.

infonews

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