Scioli y los límites de la moderación

Por primera vez, el lunes por la noche, la voz de Daniel Scioli se escuchó diferente a su habitual tono, calmo y monocorde, con el que suele expresarse en sus declaraciones públicas. Firme y enojado, salió a responder y denunciar la opereta mediática armada en el programa Intratables que se emite por el canal América mostrando al gobernador de la provincia de Buenos Aires en un partido de fútbol de salón.

Por primera vez, el lunes por la noche, la voz de Daniel Scioli se escuchó diferente a su habitual tono, calmo y monocorde, con el que suele expresarse en sus declaraciones públicas.

Firme y enojado, salió a responder y denunciar la opereta mediática armada en el programa Intratables que se emite por el canal América mostrando al gobernador de la provincia de Buenos Aires en un partido de fútbol de salón. Las imágenes eran acompañadas por un zócalo que decía: “Scioli jugó un partido de futsal mientras hay más de 5000 evacuados.”

La fuerte respuesta de Scioli contra el canal que juega abiertamente a favor de la candidatura de Sergio Massa pareció dar lugar al inicio de un camino áspero, como el que le espera por delante en su tránsito como precandidato del Frente para la Victoria para las elecciones del año próximo.

En la medida que Scioli continúe dando muestras claras de representar al proyecto político que gobierna el país desde 2003, desmarcándose de la agenda mediática opositora que imponen diariamente, tendrá que prepararse a enfrentar ataques y difamaciones, zancadillas y operaciones mediáticas tal como las que desde hace once años despliegan los medios hegemónicos contra el FPV.

Pretender estar a resguardo del ataque de los medios hegemónicos y de las grandes corporaciones, y al mismo tiempo postularse como el continuador del proyecto político que conduce Cristina Fernández de Kirchner no será sencillo. Las adhesiones y apoyos que obtenga de un lado recibirán resistencias y rechazos del otro. Impera en esto una casi directa proporcionalidad.
Dentro de los precandidatos presidenciales del Frente para la Victoria, y de acuerdo a lo que indican las encuestas, Scioli es el que mejor “mide”. Aún así, en las PASO deberá competir con quien, o quienes, lo enfrenten en esa interna. En poco tiempo más, cada uno de ellos deberá comenzar a presentar sus propuestas con vista al período de gobierno 2015-2019. La vitalidad del kirchnerismo será mayor aun cuando todos sus precandidatos planteen con claridad los desafíos del futuro, sus objetivos concretos, lo que hay que profundizar, lo que todavía no se pudo hacer, los errores que hay que corregir.

El equilibrio entre moderación y firmeza, tarde o temprano, será uno de los mayores desafíos que deberá enfrentar Scioli a lo largo de una campaña electoral que demandará que el tono conciliador se combine también con otros enojos y límites en una disputa que, como se sabe, exigirá enormes esfuerzos y también definiciones que seguramente generarán fuertes rechazos en los sectores del poder. En esas disputas también se encuentra otra forma de proporcionalidad directa que se traduce en convocar a las mayores adhesiones populares que tributan desde hace once años al Frente para la Victoria.

 

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