En un almuerzo por el Día del Trabajador en el gremio de Luis Barrionuevo, el Presidente fustigó contra “el trabajo público inútil”, como forma de justificar los despidos. Además, ridiculizó el proyecto de ley anti-despidos.

El presidente Mauricio Macri eligió al gremio de los gastronómicos, liderado por Luis Barrionuevo, para celebrar el Día del Trabajador, aunque el sindicalista se ausentó acusando una gripe. En la sede porteña de Uthgra, acompañado de su esposa Juliana Awada, el jefe de Gabinete Marcos Peña y de varios funcionarios, Macri no dio tregua.

Macri brindó un discurso en el que fustigó el “trabajo público inútil”, porque “la primera víctima es la persona, cuando se da cuenta que no cumple una tarea útil para la sociedad”. El Presidente cuestionó que “hace 5 años que no se genera trabajo de calidad, porque ocultaron -aseguró- el desempleo con trabajo público inútil”.

A la vez cuestionó “el abuso en el uso de las licencias” y “el ausentismo”, y afirmó que “detrás de cada puesto de trabaja inútil hay un maestro que no pudimos poner en el aula, un médico o una enfermera que reclaman en una ciudad del país”.

Macri añadió que “la suma de los empleos inútiles es una ruta descuidada donde los argentinos pierden la vida”, a la vez que cargó contra las iniciativas “arbitrarias”, en referencia a los proyectos opositores que apuntan a declarar la emergencia ocupacional. “Si fuese cuestión de leyes, en vez de conservar lo que tenemos, saquemos una ley que diga que todos somos felices” ironizó sobre la iniciativa parlamentaria del todo el arco opositor.

“Bandeja” Barrionuevo, quien se ausentó por una supuesta gripe, se había bajado a último momento de la marcha del viernes, desvinculándose de sectores kirchneristas y de izquierda presentes en la movilización. Cuando precisamente el ogro de la movilización consistía en la unidad del movimiento obrero en todo su espectro.