Luego de la ley del Congreso que aprobó la recuperación del manejo estatal de YPF, en abril de 2012, el enorme déficit en la producción de combustibles –heredado de años de dilapidación de los recursos de YPF–, y la reducción de las importaciones de naftas y gasoil quedaron como desafíos centrales de la gestión que encararía, poco tiempo después, el nuevo presidente de la firma, el entrerriano Miguel Galuccio.
El primer dato positivo al respecto lo dio la compañía cuando anunció que, en el primer semestre del 2012, se había logrado reducir en un 47% el nivel de importaciones en relación al mismo período del año anterior (401.750 metros cúbicos de combustibles líquidos contra los 764.702 metros cúbicos del 2011).
Ahora, la reducción en las compras al exterior es aún mayor, según se desprende de las cifras de la Secretaría de Energía de la Nación, aunque todavía se está lejos de las metas que transformarían al país, con YPF a la cabeza, en autosuficiente.
La cartera energética consignó que en todo el año pasado, YPF bajó en un 34,5% su dependencia de las naftas y el gasoil importados, contribuyendo de manera importante a una caída global en las importaciones.
